Voltaire: “La civilización no suprime la barbarie, la perfecciona”.
Prodigios crea la imaginación, ni un solo átomo.
No desdeñes mi opinión, cuando te recuerdo que no debería ser difícil para ti detenerte y contemplar las manchas de las paredes, o la ceniza de un fuego, o las nubes, o el fango, o cosas semejantes, en las cuales, si contemplas con detenimiento, descubrirás ideas realmente maravillosas. La mente del pintor se ve estimulada para realizar nuevos descubrimientos como la composición de batallas de animales y hombres, varias composiciones de paisajes y seres monstruosos, demonios y cosas similares, que pueden traerte honor, ya que la mente es estimulada a nuevas invenciones mediante tales cosas indistintas. Así mismo, no desdeñes contemplar con detenimiento las pinturas de batallas o paisajes o seres monstruosos o demonios, hasta encontrar en ellas manchas de paredes, la ceniza de un fuego, las nubes o el fango, gracias a lo cual habrás descubierto el círculo completo de este arte.
Variante, Da Vinci.
A los sapientes consejos sobre la manera de conducirme en la vida los guardo en memoria de quince a veinte minutos.
Pangloss y Hertzenhube, Zenon de’ Numi Ligre, alias Sébastian Théus; Dr. Gott, alias Matthew-Mighty-grain-of-salt-Dante-O’Connor; Ch’ien K’un, alias J. Serendipity Esq.; Samson Lackawanna y Gottlieb Leberecht Müller, alias Henry Miller: sombras de un cuasi centón que es grimorio, ruleta de posesos, paragrafía de ángeles y monstruos, trampantojo y alambique virtual.
Cansado de relatar las minucias de su vida cotidiana, decidió eximirse de ellas al escribir su diario. La siguiente entrada, de un viernes 12, reza:
Cada presente, ha escrito Benjamin, está determinado por las imágenes que le son sincrónicas; cada Ahora es el Ahora de una capacidad de conocer determinada. Con él, la verdad toma el tiempo a su cargo hasta estallar… No cabe decir que el pasado aclara el presente o que el presente aclara el pasado. Una imagen, por el contrario, es aquello en lo que el Otrora encuentra al Ahora en un destello para formar una constelación. En otras palabras: imagen es la dialéctica detenida.
Tan vívida está en su mente la imagen de la mujer deseada, que pudiera acariciarla. Lo hace; al instante, qué bofetada lo despierta.
On ne peut donc plus parler d’images sans parler de cendres. Les images font partie de ce que les pauvres mortels s’inventent pour inscrire leurs tremblements (de désir ou de crainte) et leurs propres consumations. Il est donc absurde, d’un point de vue anthropologique, d’opposer les images et les mots, les livres d’images et les livres tout court. Tous ensemble ils forment, pour chacun, un trésor ou un tombeau de la mémoire, que ce trésor soit un simple flocon ou que cette mémoire soit tracé sur le sable avant qu’une vague ne la dissolve. Nous savons bien que chaque mémoire est toujours menacée d’oubli, chaque tombeau menacé de pillage, chaque tombeau menacé de profanation.
Rilke: « …wenn es aufbrenntg ist es echt » (« …si se incendia, es que es verdadera»)
En la lectura, es preciso fijarse en dónde está el resquicio, única manera de captar el sentido. Sin dar con el resquicio no hay por dónde entrar. En cambio, al descubrirlo, toda la trama se abre sola ante nuestros ojos.
Zhu Xi, 1130-1200
La lectura asistemática ha sido siempre mi mayor placer.
Georg Christoph Lichtenberg. Aforismos
Es condición de la imagen dejar ver lo que muestra y revelar lo que oculta. Jean Louis Schefer ha leído así el reverso del tríptico del Bosco Las Tentaciones de San Antonio: «A la derecha, Verónica sostiene de espaldas un lienzo: sólo el reverso del retrato de Cristo nos es dado a ver; es él, doblado en la cruz, quien mira su imagen sobre el tejido; el retrato de Cristo debiera pues hallarse al otro lado del cuadro, junto con los colores. Este Cristo en su verdadero retrato es sin embargo invisible: ha servido para hacer historia, es decir, el relato por la imagen, su única descendencia y lugar en donde no figura.»
Bretón cuenta la anécdota de un persa que, cuando acompañó a Picabia a una exposición, le hizo la reflexión siguiente: «En verdad todos estos artistas no son más que debutantes; aún siguen copiando manzanas, melones, tarros de mermelada —y ante el señalamiento de que estaban muy bien pintados—: Lo hermoso es pintar bien una invención; ese señor Cézanne, como usted lo llama, tiene un cerebro de frutero.»
Cézanne, en una carta a Émile Bernard, el 23 de octubre de 1905: «Je vous dois la vérité en peinture, et je vous la dirai».
La Pintura es una Poêsia trabajada con colores; y la Poêsia una Pintura executada con palabras.
…………………………………....muta Poesis
Dicitur hæc; Pictura loquens solet illa vocari.
L. A. Muratori. De la fuerza de la fantasia humana (1777)
La Mettrie, 1751: «Je me sers toujours du mot imaginer, parce que je crois que tout s’imagine, et que toutes les parties de l’Âme peuvent être justement réduites à la seule imagination, qui les forme toutes; et qu’ainsi le jugement, le raisonnement, la mémoire ne sont que des parties de l’Âme nulement absoluës, mais de véritables modifications de cette espèce de toile médulaire, sur laquelle les objets peints dans l’œil, sont renvoiés, comme d’une lanterne magique… Voyez cette Oiseau sur la branche, il semble toujours prêt à s’envoler; l’imagination est de même. Toujours emportée par le tourbillon du sang et des Esprits; une onde fait une trace, effacée par celle qui suit; l’Âme court après, souvent en vain: il faut qu’elle s’attende à regretter ce qu’elle n’a pas assez vite sais* et fixé: et c’est ainsi que l’imagination, véritable Image du temps, se détruit et se renouvelle sans cesse».
El policromado interior de la pequeña iglesia mexicana de Tonanzintla con su proliferación de ángeles frutales, «El bautismo de Cristo» que el Greco pintó —dentro del vientre de la ballena— para el Hospital Tavera de Toledo, la tumultuosa frialdad de la fachada del templo maya de Kabáh repleta de máscaras del dios Chac, «La caída de los condenados» de Rubens con su voltereta de racimos humanos, «El paraíso» de Tintoretto concebido como un órgano de larvas, los multifocales y continuos mosaicos del Parque de Güell de Gaudí, los solemnes entrelazados de «Blue Poles» de Jackson Pollock, las formaciones de madréporas y los cementerios de automóviles, el abigarramiento de malls y blogs, la superposición de carteles publicitarios arrancados parcialmente de los muros, las maniáticas colecciones de etiquetas y vitolas, juntos el exceso y la ascesis, la ausencia de estructura con focos de irradiación superestructurados, los avances y retrocesos, el barroco-zen como holograma musical, la aglomeración de exvotos populares en las iglesias, la mesa de trabajo de Michaux y el manuscrito de la «Vieille Fille» de Balzac, el laberinto de entrañas del mapa del genoma humano, la belleza de una paella todavía intacta en la sartén, el mar de los sargazos, los terribles amontonamientos humanos en el campo de exterminio de Bergen-Belsen...
Variación, Saura
Dice Lichtenberg: «Si llega a cumplirse la predicción de Leibniz de que las bibliotecas serían algún día, ciudades, también habrá calles oscuras y callejuelas inmundas como ahora». Consultar, si no, La biblioteca de Babel, de Borges.
Ecuador. Diario El Comercio, 28 de agosto, 2004. Una nota de la AFP, perdida en la sección «Tras bastidores» reza: «Una empleada del servicio de limpieza ayer tiró por error una bolsa de basura que formaba parte de una exposición de arte moderno presentada en el Tate Britain, uno de los principales museos de Londres. Por fortuna, la obra de arte fue recuperada en el último momento, en el contenedor de basuras del museo». Se pudiera denominarlo: Ars in extremis.
Dos personas esperan en la calle un acontecimiento y la aparición de los principales actores. El acontecimiento ya está ocurriendo y ellos son los actores.
Nathaniel Hawthorne
La valiosa ventaja que el espectáculo ha obtenido de este colocar fuera de la ley a la historia, de haber condenado a toda la historia reciente a pasar a la clandestinidad y de haber hecho olvidar, en general, el espíritu histórico en la sociedad, es, en primer lugar, ocultar su propia historia: el movimiento de su reciente conquista del mundo.
El espectáculo organiza con destreza la ignorancia de lo que sucede e, inmediatamente después, el olvido de lo que, a pesar de todo, ha llegado a conocerse. Lo más importante es lo más oculto. El fin de la historia es un placentero reposo para todo poder presente... Cuando lo importante se reconoce socialmente como lo que es instantáneo y lo será aún en el instante siguiente y al otro y al otro, y que siempre reemplazará otra importancia instantánea, puede decirse que el medio empleado garantiza una especie de eternidad de esa no-importancia que grita tanto.
Debord
¿Cómo pudiera el hombre ocultarse de quien no desaparece jamás?
Heráclito
¿Hay un destino más hermoso para el dinero que ser dilapidado en esa operación altamente inútil, en esa peripecia irrisoria que son las elecciones? Al menos esos fondos se han volatilizado limpiamente, no son sino dinero corrupto reutilizado con fines corruptos, en el fondo poco perjudicial para la colectividad. ¡Cuando se piensa en lo que habría resultado de una gestión sana y transparente de esos fondos, en todas las obras de utlidad pública que se nos habría inflingido, en todos los cruces de autopistas a distintos niveles, en los miles de oficinas inútiles, en toda esa superestructura, esa lepra urbana y cultural de la que se enorgullecen las ciudades y, ahora, hasta los pueblos más pequeños! ¡Sin contar la sofisticación administrativa, policial y de seguridad—el suplemento de cultura y de control—, y todo eso por nuestro máximo bien! En el desplifarro oculto nos ahorramos, al menos, todos estos beneficios.
Ceronetti: «Una de las estupideces que circulan es: “¡Cuántas cosas buenas podrían hacerse con todo el dinero gastado!” De hecho, siendo, como somos, estúpidos y criminales, seguro que haríamos cosas peores. Las armas más costosas son armas inutilizables como tales: su utilidad radica justamente en la enorme cantidad de riquezas engullidas que se pondrían en marcha en otros ámbitos, libremente, para la ruina de la Tierra y el embrutecimiento de los pueblos. Si en lugar de millones de coches particulares se construyeran carros de combate, éstos irían todos a parar a depósitos subterráneos y las ciudades respirarían.»
J. Baudrillard. Pantalla Total
La Encañada, Perú—Cuando el precio del oro empezó a dispararse, hace algunos años, los habitantes de este empobrecido pueblo minero alimentaron la esperanza de que cosas como su sistema escolar y de alcantarillado podrían mejorar. El motivo del optimismo era la decisión del gobierno central de Perú de destinar buena parte de los ingresos por la explotación de recursos naturales a las administraciones locales. Sin embargo, la población de La Encañada, donde los automovilistas comparten las calles con pastores y ovejas, no contaban con las peculiares prioridades de su extravagante alcalde, Fidel Valera Sánchez. Valera está construyendo un estadio de fúbol con 15.000 asientos, reformando otro coliseo deportivo y preparando el terreno para un hotel municipal de diez pisos, que será por lejos el edificio más alto del pueblo. En un afiche instalado en el exterior de las obras de una nueva plaza de toros, se lee: “A los grandes hombres como Fidel Valera S. se los recuerda por sus obras” (…) otros alcaldes están malgastando los ingresos en elefantes blancos, como piscinas climatizadas o suntuosas plazas públicas. En Tumbes, donde casi la mitad de la población vive sin alcantarillado y una cuarta parte es analfabeta, el gobierno local está usando los recursos en grandes monumentos de cemento, como uno a la iguana y otro a los árbitros de fútbol.
Matt Moffett. The Wall Street Journal. 6 marzo 2006
Es increíble. Construimos un submarino a un costo de 2400 millones de dólares con capacidades que hacen recordar la Guerra Fría y la primera misión que se le asigna es ir a Sudamérica a interceptar conversaciones vía celular.
William Arkins, The Washington Post. Abril 2006
En mi tierra, en la selva, yo me levantaba tranquilo por la mañana. Mi casa estaba aislada, rodeada de mis chakras y de monte. Con toda la paz me quedaba mirando la naturaleza inmensa del Río Santiago mientras mi mujer preparaba el fuego. Me refrescaba en el río y salía en la canoa con la primera luz de la mañana, a dar una vuelta para traer algunos peces, algunos boca-chicos, todavía con las primeras luces. Sin preocuparme de la hora regresaba a casa. Mi mujer me recibía contenta, preparaba los pescados y me daba mi comida. Mi señora, mis hijos y yo conversábamos junto al fuego hasta que la conversación se acababa.
Después ella se iba a la chakra, y yo con mi hijo varón, al monte. Andando por allí enseñaba a mi hijo como es la Naturaleza, nuestra Historia, todo según mi gusto y las enseñanzas de nuestros antepasados. Cazábamos y regresábamos contentos con la carne del monte. Mi señora me recibía feliz, recién bañada y peinada. Comíamos hasta quedar saciados. Si quería descansaba; si no, hacía mis artesanías o visitaba a los vecinos. A veces llegaban mis parientes y tomábamos masato, contábamos historias, acontecimientos. A veces terminábamos bailando.
Ahora con el desarrollo…Hay una hora exacta por la mañana para ir al trabajo. Trabajamos los cultivos de arroz hasta tarde y volvemos a la casa sin nada. Mi señora me recibe con cara larga y con las justas me pone un plato de yuca con sal sobre la mesa. Casi no hablamos, mi hijo va a la escuela para escuchar al profesor que le enseña cosas de Lima. Luego de cosechar y vender el arroz pasamos por mil peleas y discusiones para cobrar una miseria…Todo se va para el flete o para los comerciantes.
Apenas si regreso a mi casa con unas latitas de atún y fideos. Para colmo, con esta clase de agricultura se nos termina el terreno comunal y pronto no quedará nada. Ya veo a varios de mis paisanos rebuscando comida en los basurales de Lima…
Un día me enviaron a la ciudad para un curso de Capacitadores Rurales. Cuando estuve allí me preocupé por conocer cómo es la vida de los ricos de la capital y averigüé que tienen su casa aislada en medio de lindos paisajes, se levantan por la mañana tranquilos para mirar los jardines y bañarse en su piscina, tienen el desayuno servido y, como no tienen prisa, conversan tranquilamente con su mujer y sus hijos. Los niños van a un colegio selecto donde les enseñan al gusto del papá. Él pasea por su hacienda y pega tiros a las aves, o pesca, y a su regreso encuentra la mesa puesta y la señora bien arreglada para el almuerzo. Duerme la siesta después de la comida o se dedica a dibujar, pintar o a entretenimientos de carpintería o artesanías. Luego salen a visitar a los amigos, a tomar y bailar.
¿Será que mis paisanos nativos y yo acabaremos en los basurales de Lima para que uno o dos de millonarios puedan hacer la vida que nosotros hacíamos antes en la selva?
Testimonio de Nuningo Sesén, del Consejo Aguaruna y Huambisa, recogido en La Utopía de los Pumas, de Milagros Aguirre.
A bordo del Ville de la Ciotat.
Golfo de Aden.
Miércoles 30 de octubre de 1901
La nación que proclamó los Derechos del Hombre trata a una raza bella e inteligente peor que al ganado en el matadero. Los fustigan, los entregan a otros feroces negros que los meten en prisión para descargarles de los pocos francos que hayan podido ganar, los ridiculizan más que a los esclavos en América. ¡Y es Francia la que da este ejemplo!
El Sr. Clausson, un explorador belga que está a bordo, y que ha pasado su vida en China, en Mongolia y en el Tíbet, se ha sublevado de indignación. Él también invitó a beber a un pequeño somalí. Y el niño le contestó: «Somalí no bebe, nunca. Si somalí bebe, loco, y madre cortar cabeza a él». El Sr. Chausson le ofreció veinte céntimos, cuarenta céntimos, cien céntimos por beberse un vaso de cerveza. El niño permaneció inquebrantable.
¡Y somos nosotros, cosecheros y bebedores de absinta, quienes los tratamos de salvajes!.
El Sr. Cue, un banquero encantador de Ballavat, me cuenta cómo asistió al descubrimiento de las minas de oro en Western Australia. El magistrado del distrito, coronel Angelo, era un anciano agitado y nervioso. Un minero había dejado la mochila debajo de un matorral y un cuervo vino, a saltitos, a picotear dentro. El hombre coge una piedra para espantar al cuervo. Shyes at him. La encuentra pesada, la mira: estaba recamada de oro. El minero llega corriendo ante el coronel, y éste, estupefacto, telegrafía al Gobierno: «A miner took up a stone to throw at a crow», punto. El secretario de Estado contestó: «Nonsense. What became of the crow?»
Marcel Schwob, Viaje a Samoa
CURÁNDOSE EN SANO
Se trata de denunciar esas maniobras
—escucho—y demostrar cómo fallan
los organismos de control:
hay que recuperar la institucionalidad.
El costo de la corrupción—escucho—
eso está enquistado,
la sociedad se ha vuelto insensible.
La jauría que es la política—escucho—
y sin embargo
voy a colaborar, siempre y cuando…
Otra sabrosa ilustración de la confusión humanitaria: X es enviado en misión al Sudán para estudiar las «necesidades de comunicación de los pueblos sudaneses». ¿Los sudaneses no saben comunicar? El hecho es que tienen hambre y les convendría aprender a cultivar el sorgo. Enviarles expertos agrónomos sale demasiado caro, se les enseñará todo eso por videocasetes. Así que hace falta que entren en la era de la comunicación: el sorgo pasa por el audio y el vídeo. Si no están conectados, no se come. Así se hizo, y se llenaron las ciudades y los pueblos de magnetoscopios. Desgraciadamente una mafia local se apodera de la red y sustituye las cintas pedagógicas por un fructífero mercado de cintas porno que encantan a la población mucho más que el cultivo del sorgo. Porno sorgo vídeo, el mismo combate. Una fábula más a anotar en el libro rosa y negro de la comunicación.
Baudrillard. La transparencia del mal.
Ecuador. Diario El Comercio, 11 de julio, 2004.
«Desde 1830, se han emitido 130.589 normas en el país. Muchas de ellas no son claras y provocan la desconfianza de la comunidad. En Ecuador rigen 62.490 cuerpos legales (…) La contradicción entre normas y su escasa claridad crean la discrecionalidad de los jueces en sus fallos.» «Pero estas cifras alcanzan un nivel escalofriante al hacer un cálculo promedio: en el país se expiden 500 normas (entre leyes, resoluciones, decretos, ordenanzas) cada mes.»
La guerra del Golfo fue presentada en la época como un absoluto éxito debido a las armas de alta tecnología utilizadas. Por desgracia, la versión oficial fue pronto denunciada como un sueño de videojuego. La mayoría de los daños sufridos por el enemigo no fueron causados por los Patriots "destructores de Scuds", sino por decepcionantes bombas "tontas". John R. MacArthur, que habla de la distinción entre "armas inteligentes y armas estúpidas" como la "mayor mentira de la guerra del Golfo", cuenta que después de la guerra «el Ejército del Aire anunció que las bombas y misiles dirigidos por radar a láser sólo constituían el 7% de todos los explosivos americanos lanzados sobre Irak y Kuzait. El 93% restante eran bombas "tontas" convencionales, soltadas principalmente desde gran altura por aviones B-52 de la época de la guerra de Vietnam ».
Mark Dehry, Escape Velocity.
De Noam Chomsky, El nuevo orden mundial (y el viejo), Biblioteca de Bolsillo. Marzo 2004:
«Soy un ferviente partidario del uso de gas venenoso contra las tribus incivilizadas.» W. Churchill, refiriéndose a los pueblos kurdos y afganos, Pag. 15
«Teddy Roosevelt mostró a esos indeseables hispanos que tenían que comportarse decentemente.» Boston Globe. Pag. 23
«…rechazo al bárbaro ignorante y su civilización egipcia, de la que tanto alardea, como el más aberrante disparate.» Mr. Palmerston, Ministro de Exteriores británico. Pag. 152
«Los principales beneficiarios del TLC: los sectores relacionados con el mundo financiero, los bancos y las empresas de valores…habrán perdedores entre los que predominan las mujeres, los negros, los hispanos y los trabajadores industriales semiespecializados.» Times, análisis del impacto económico del TLC en Nueva York. Pag. 218
«…el problema es que se ha desencadenado una campaña de odio contra nosotros, no por parte de los gobiernos, sino por parte de los pueblos. Eisenhower.» Pag. 256
Y sin demora, el rey Kanmakán se levantó y dijo: “Debemos devolver mal por mal, y duplicado. De otra manera, aumentaría el número de los malhechores e impíos, que desconocen la ley. ¡Ninguna piedad, pues, para los malos y venganza, ya que la piedad, según la entienden los cristianos, es la virtud de los eunucos y de los impotentes!”
Las mil y una noches. (Noche ciento cuarenta y cuatro)
Monsieur Valenod había dicho a los comerciantes de ultramarinos de la comarca:
—«Decidme los dos más tontos de entre vosotros.» Y a los hombres de la curia: «Designadme los dos más ignaros.» Y a los del cuerpo de sanidad: «Designadme los dos más charlatanes.» Cuando hubo reunido a los más desvergonzados de cada profesión, les dijo: «Reinemos juntos.»
Stendhal. Rojo y negro
Proclama el Gordo en su Mercedes: «Este es el carro de los pobres». Con gran penetración añade: «No se daña nunca, consume poca gasolina, y sobre todo nadie roba un auto así»
Esta mañana he leído que las autoridades iraquíes han colgado al medio-hermano de Saddam. «El peso de la víctima habría sido mal calculado, la cuerda demasiado larga, resultado: la cabeza se desprendió del cuerpo. Barzan Ibrahim al-Tikriti ha sido colgado y decapitado».
¡Qué sorprendente locura: matar a la gente por su bien!
Tolstoi. Diario
Allí donde se quiera poseer esclavos es preciso contar con toda la música posible.
Tolstoi. Conversaciones con Isnaia Polaina
Quienes odian a las mujeres me deprimen, y tanto Tolstoi como la Sra. Asquith las odian.
Virginia Wolf. Diarios 1925-1930
“I would say the best moment of all was when I caught a 7.5-lb. perch in my lake” George W Bush, responding to a German newspaper reporter who asked him to name the best moment of his five years as President.
Time, may 22, 2006
If the current state of resource anarchy continues, the lowland forest of the Sunda Shelf, the richest forests on Earth, will be totally destroyed by 2005 on Sumatra and 2010 on Kalimantan (Indonesia).
Science, Vol 292, No. 5518, 29 junio 2001
As dead as dodo, dicen a veces los capitanes del barco al divisar el faro del puerto de St. Louis, en la isla Mauricio. En el siglo XVIII aún vivía aquí el dido, un animal de la familia de las palomas, que pesaba 25 kilogramos, corpulento, dotado de gran plumaje y con un pico tan duro como el hierro, pero que sólo andaba con un torpe bamboleo. Al último dido lo mató un marinero borracho de un botellazo. Junto con el dido desapareció también la tortuga gigante de la isla Mauricio.
He aquí una pequeña lista de los mamíferos extinguidos (según Ziswiler, 1965):
En Australia: La musaraña marsupial, el tejón rayado, el potoro de Gaimard, el kanguro-rata chato, el valabí de Toolach y el lobo de Tasmania o lobo marsupial.
En Norteamérica: El bisonte oriental, el bisonte de Oregón, el carnero de Canadá, el puma oriental, el lobo de Florida, el zorro de orejas largas y diecisiete razas de osos grizzly.
En Sudáfrica: El león del Cabo, el cuaga, la cebra de Burchell y el blesbok (una especie de los damaliscos).
Hubo un tiempo en el que las bandadas de miles de millones de graciosas palomas migratorias oscurecían el cielo de América. La carne de las crías constituía un manjar exquisito. Con escopetas y ametralladoras se disparaba sobre ellas cuando estaban posadas en los árboles. Todavía en 1879 se cazaban y comían palomas por millones. Toda una industria se ocupaba de su preparación. El último ejemplar de esta especie en libertad fue visto en 1899, y el 1 de septiembre de 1914, a la cinco de la tarde, murió la última paloma migratoria en el parque zoológico de Cincinnati.
Jürgen Voigt. La destrucción del equilibrio biológico. (1969)
There is a gene in your body’s cells that plays a key role in early spinal cord development. It belongs to Harvard University. Another gene makes the protein that the hepatitis A virus uses to attach to cells: the U.S. Department of Health and Human Services holds the patent on that. About half of all the genes known to be involved in cancer are patented… Incyte Corporation, based in Wilmingon, Del., owns nearly 10 percent of all human genes…How can you patent my genes? How can someone own property rights on a type of mouse or fish when nature, not humans, “invented” its genes?
Gary Stix. Owning the stuff of life. Scientific American, febrero 2006
Nature is a master of bricolage: whenever it needs something new, it makes use of whatever materials are at hand.
Philip Lieberman
Donde encontré virtud, encontré contranaturaleza.
Baudelaire
When we do science, we are pantheist; when we do poetry, we are polytheists; when we moralize, we are monotheists.
Goethe
Descartes refiere que los monos podrían hablar si quisieran, pero que han resuelto guardar silencio, para que no los obliguen a trabajar. Los bosquimanos de Africa del Sur creen que hubo un tiempo en que todos los animales podían hablar. Hochigan aborrecía los animales; un día desapareció, y se llevó consigo ese don.
Borges. El libro de los seres imaginarios.
De monos perezosos a adictos al trabajo
Se dice que los humanos y los micos solo laboran duro cuando saben que van a obtener algo a cambio
Científicos inventan un tratamiento que consiste en bloquear la dopamina, un químico cerebral, para motivar a personas y animales.
WASHINGTON.- Gracias a una terapia genética, científicos estadounidenses lograron transformar a monos perezosos en adictos al trabajo, según publicó la cadena BBC. "Normalmente, los micos y las personas tienden a aplazar el trabajo cuando tienen mucho tiempo para hacerlo y trabajan mejor cuando la recompensa está cerca", dijo Barry Richmond, quien lidera el grupo de científicos. "Los monos, bajo la influencia del tratamiento no dejaron las cosas para hacerlas más tarde", agregó. Sin embargo, después de diez semanas, los efectos del tratamiento desaparecieron y los monos volvían a ser los mismos seres desmotivados de antes.
Como el perro del hortelano, que ni ladra ni deja ladrar.
El hombre es el mejor amigo del perro.
Si no hubiera perros, no querría vivir.
Schopenhauer. El amor, las mujeres y la muerte.
¿Quién no ha visto uno de esos perritos petulantes, rizados y peinados como sus amas, que parecen una caricatura de ellas en pequeño y que, al igual de las señoras encopetadas, lo miden a uno con la mirada y hacen luego una muequecilla desdeñosa?.
Alfonso Reyes. Anecdotario
There’s a schizoid quality to our relationship with animals today in which sentimen and brutality exist side by side. Half the dogs in America will receive Christmas presents this year, yet few of us ever pause to consider the life of the pig—an animal easily as intelligent as a dog—that becomes the Christmas ham. We tolerate this schizophrenia because the life of the pig has moved out of view; when’s the last time you saw a pig in person?
Michael Pollan, The Omnivore’s Dilemma
El Centro Cinófilo Europeo de Novate Milanese, a 40 kilómetros de Milán, tiene gimnasio, sala de fisioterapia con máquinas para electroterapia, laserterapia y magnetoterapia, sala de baño y sala de conferencias. Allí, los perros tienen cursos de natación, fitness, streching, y sesiones de masajes y de piscoterapia. Akitai, un perro japonés, estaba por debajo de su peso normal y vomitaba. “Debe comer poco y subir a 32 kilos, su peso normal. El propietario y el perro están en psicoterapia para solucionar la bulimia” dice Aldo la Spina, director del Centro y miembro de la Association of Pet Behaviour Counsellors. El costo de los tratamientos: de 200 a 1000 euros.
We report a case of courship signaling in which both ultraviolet reflectance and UV-induced fluorescence are used on a sex-specific basis. In the ornate jumping spider Cosmophasis umbratica, the males have UV-reflective patches of scales on the face and body that are displayed during conspecific posturing. These are lacking in females but females have palps with a UV-excited bright green fluorescence that is absent in males (…) Under full-spectrum light, males readily courted females by adopting a courtship posture comprising a flexed-up abdomen, arched legs and extended vibrating palps; females responded either with displays comprising hunched legs and bent abdomen or by briefly running away. Without UV, females either made no response or simply turned away (without running). Similarily, males either ignored nonfluorescing females by turning away or responded with a reduced display lacking some behavioral elements. We found that a large proportion of the same pairs that successfully interacted in the presence of UV failed to show intersexual behavior in its absence…We conclude that sexual coloration is a crucial prerequisite for courtship.
Matthew L. M. Lim, Michael F. Land, Daiqin Li. Science. Vol 315
El abrazo nupcial de las ranas. Una de las especies de jambato de la Amazonía, se llama Atelopus spumarius y su apareamiento puede durar hasta cinco meses. Durante ese tiempo el macho no se alimenta. La hembra es aproximadamente dos veces más grande que el macho. Éste abraza a la hembra con sus patas delanteras en el acto que se conoce como amplexus.
Entre los Vascos (1605) existió el Obispo del Sábado, para las misas negras, siendo uno de los primeros el poderoso feudal Lancinena, del que se cuenta que una noche de Sábado en la que daba una fiesta nocturna, rompió a bailar la primera pieza con el diablo (con los violines en sordina). En la segunda pieza, permitió que el diablo poseyera a su mujer ante sus ojos.
José Lezama Lima, Diarios
Lo que nos cuenta la historia de Tiresias es que lo que nosotros soñamos más profundamente, no es el sexo, sino la reversibilidad de los sexos, es la facultad de ver desde las dos partes del sexo, de la misma manera que el vidente o el profeta (Tiresias) tiene la facultad de ver desde los dos lados del tiempo. Soñamos con el estado de videncia que es el del dominio de la reversibilidad del tiempo, de la misma manera que soñamos con el estado de goce que sería del dominio de la reversibilidad del sexo.
J. Baudrillard
Otra característica excepcional del caracol es que es hermafrodita. Este término significa que el animal posee ambos sexos: masculino y femenino. Pero, contrariamente a lo que se pudiera pensar, ello no basta para asegurar la descendencia. Debe aparearse para ser fecundado, lo que da lugar a comportamientos espectaculares y complicados. Cuando dos caracoles de Borgoña encelados se encuentran, empiezan a aproximarse lentamente el uno al otro. Luego toman contacto, se alzan el uno contra el otro y se frotan sus cuerpos. Durante esta fase preliminar, se acarician con los tentáculos y ejecutan un baile gracioso y a la vez patoso que puede prolongarse por espacio de horas. Tras un largo "juego amoroso", los dos caracoles hacen surgir del lado derecho del pie, justo detrás de la cabeza, una especie de puñal calcáreo muy afilado, que puede llegar a tener 8 mm de longitud. El aguijón es una temible arma que tan sólo desempeña una función afrodisíaca y con cuya punta se pican los dos animales cuando tienen los orificios genitales en contacto, intercambiándose el semen. Acabado el largo "ritual amoroso", los dos caracoles se separan y se van a comer, a la espera de que los óvulos, que tenían en reserva en la bolsa copulatriz, estén bien fecundados.
Enciclonet
¡No haber sido Madame de harén! ¡Qué pena me da de mí por no haberme sucedido esto!
Fernando Pessoa. Libro del desasosiego.
El Coronel se sorprendió cuando leyó en un canto guerrero chalquense: «La esparcida flor de caballito rojo pasa de mano en mano, entre los altos jefes y los jóvenes que absorben su dulce néctar». Y Lezama Lima, en Paradiso, continúa: «¿Qué costumbre de oro, qué ley de ágata, precisaba el refinamiento vicioso de esos guerreros que acariciaban flores de pistilos rojos, floreando sus escudos?»
My voice, dying in the echoes of its words, dies like the wisdom-wearied voice of the Eternal calling on Abraham through echoing hills. She leans back against the pillowed wall: odalisque-featured in the luxurious obscurity. Her eyes have drunk my thoughts: and into the moist warm yielding welcoming darkness of her womanhood my soul, itself dissolving, has streamed and poured and flooded a liquid and abundan seed…Take her now who will!...
James Joyce. Giacomo Joyce
Mi voz, que muere en los ecos de sus palabras, muere como la voz atribulada y sabia del Eterno llamando a Abrahán entre los ecos de las montañas. Ella se recuesta contra la pared acolchada: odalisca faceteada en la oscuridad lujuriosa. Sus ojos han bebido mis pensamientos: y en su cálida, húmeda, oscura y acogedora feminidad mi alma, disolviéndose, ha derramado y vertido e inundado abundante y líquida simiente. ¡Que la posea ahora quien quiera!...
James Joyce. Giacomo Joyce
La Fontaine: Je me sers d’animaux pour instruire les hommes.
Ch’ien K’un: Je me sers des hommes pour instruire les animaux.
¿Dice nadie acaso que el trébol rojo carece de aparato reproductor porque la humilde abeja, y sólo abeja, debe servir de intermediaria para que pueda reproducirse? La abeja forma parte del sistema reproductor del trébol. Cada uno de nosotros ha brotado de animalitos ínfimos cuya identidad era enteramente distinta de la nuestra, y forman parte de nuestro propio sistema reproductor; ¿por qué no habríamos de formar parte nosotros de tal sistema de las máquinas?...Nos engañamos cuando consideramos una máquina complicada como si fuera una cosa única. En realidad es una ciudad o una sociedad donde cada uno de sus miembros ha sido engendrado de acuerdo con su clase o tipo. Miramos a una máquina como a un todo, la llamamos por un nombre que la individualiza. Como al mirar a nuestros propios miembros, sabemos que la combinación forma un individuo que surge de un único centro de acción reproductora, damos, en consecuencia, por sentado que no puede existir una acción reproductora que no brote de un único centro. Pero esta premisa es anticientífica y el mero hecho de que ninguna máquina de vapor haya sido construida enteramente por otra, o por otras dos de su propio tipo, no es suficiente para autorizarnos a decir que las máquinas de vapor no tienen un aparto reproductor. La verdad es que cada parte de una máquina de vapor es engendrada por sus propios procreadores especiales, cuya función es procrear esa parte y solamente esa parte, mientras que la combinación de las partes en un todo forma otro departamento del aparato reproductor mecánico…
Samuel Butler, Erewhon, caps. 24 y 25.
La gallina es la estrategia del huevo para obtener más huevos.
Samuel Butler
¿Quién vino antes, el huevo o el gallo?
El hombre no se degrada, necesariamente, convirtiéndose en una máquina, por el hecho de que se niegue que sea un espíritu en una máquina. Aún queda por dar el arriesgado salto a la hipótesis de que quizá sea un hombre.
Gilbert Ryle
Las dos definiciones se equivalen: el hombre como «animal vertebro-maquinado» o como «parásito afidio de las máquinas».
Deleuze y Guattari, El anti-edipo
El hombre es una caña, la más débil de la naturaleza; pero es una caña pensante.
Pascal. Pensamientos
…¿qué debo ser, yo que pienso y que soy mi pensamiento, para que sea aquello que no pienso, para que mi pensamiento sea aquello que no soy?
Foucault. Las palabras y la cosas
El hombre es un animal que pega.
Schopenhauer.
El hombre es un demonio venido a menos.
Ceronetti
El hombre, en la analítica de la finitud, es un extraño duplicado empírico-trascendental, ya que es un ser tal que en él se tomará conocimiento de aquello que hace posible todo conocimiento.
Foucault. Las palabras y la cosas
El hombre, en Occidente, ha llegado a ser un animal de confesión.
Foucault. Historia de la sexualidad
When man came into life, the Father endowed him with all kinds of seeds and with the germs of every way of life. Whatever seed each man cultivates will grow and bear fruit in him. If these seeds are vegetative , he will be like a plant; if they are sensitive, he will become like the beasts; if they are rational, he will become like a heavenly creature; if intellectual, he will be an angel and a son of God…Who then will not wonder at this chameleon of ours?
Pico della Mirandola
Al despertar una mañana, tras un sueño intranquilo, aquel insecto monstruoso encontróse convertido en Kafka.
Leyendo a B. Delclaux me topo con una palabra que desconozco: abubilla. Por unos instantes prosigo mi lectura. Luego, fastidiado por no comprender la frase en que consta esa palabra, hago un esfuerzo, me levanto, voy a consultar el diccionario. Apenas entiendo la palabra, caigo en cuenta de que, a mi vez y acaso muy pronto, la usaré como premio a mi esfuerzo pero sobre todo para resarcirme de quien, desconociendo lo mismo que yo, prosiga su lectura sin entender por qué niego que Beckett mire el mundo con ojos de abubilla, cuando en realidad lo hace con ojos de noctuelia.
T. Grifos, Involuciones
Se pretendía que la abubilla podría disimularse completamente a la vista de todos los seres vivos, por lo que a fines de la Edad Media se creía aún que en el nido de la abubilla había una hierba de varios colores que hace al hombre invisible cuando la lleva encima.
L. Charbonneaux-Lassay, Le bestiaire du Christ
Y si yo tuviera que ponerme otra vez de pie, guárdeme Dios, ocuparía buena parte del universo, me parece, oh, no más que echado, pero se notaría más. Porque lo supe siempre, la mejor manera de no hacerse notar es echarse al suelo y no moverse. Y mira por donde, yo que siempre creí que me iría encogiendo, hasta el punto de poder ser enterrado casi en un joyero, resulta que me dilato. O quizá lo esencial, hablando como Jackson, se haya minimizado tanto que lo fortuito parece ilimitado, y por lo esencial debo entender esa cabecilla de torrezno, hundida creo en algún lugar de mi verdadera cabeza, que todavía no se ha inclinado, entre los escombros de mi cabeza inclinada, y realmente es minúscula, aunque no sé qué pintan en esto lo esencial y lo fortuito, no lo entiendo, y es ésta la que se ha reducido al tamaño de un ocelo de noctuelia, y la otra la enormidad dispersa por la sombra, eso es quizá lo que debiera haber dicho.
Samuel Beckett. Malone muere
En su libro Syntactic Structures (1957), Noam Chomsky propone un célebre ejemplo para mostrar que pueden existir frases perfectamente gramaticales que sin embargo carecen de sentido. La frase que propone es: Colorless green ideas sleep furiously. Roman Jackobson en American Anthropologist, vol. 61, (1959) reflexiona así: «Décomposons la phrase, prétendue absurde, Colorless green ideas sleep furiously: nous en extrayons un sujet au pluriel, «idées», dont on nous dit qu’il a une activité, «dormir»; chacun des deux termes est caractérisé—les «idées» comme «incolores» et «vertes», le «sommeil» comme «furieux». Ces relations grammaticales créent une phrase douée de sens, qui peut être soumise à une épreuve de vérité: existe-t-il ou non des choses telles que des idées incolores, des idées vertes, des idées qui dorment, ou un sommeil furieux? L’expression «vert incolore» es synonyme de «vert pale» et produit l’effet, légèrement épigrammatique, d’un oxymoron apparent. L’épithète métaphorique, dans «idées vertes», rappelle le vers fameux d’Andrew Marvell, To a green thought in a green shade, l’expression russe «un ennui vert» (zelenaja skula), (NDT: Cp. Fr. «une trouille verte», «en voir de vertes». Cp. Esp. «envidia verde») ou encore l’image de Tolstoï, «une horreur rouge, blanche et carrée» (Vse tot zhe uzhas krasnyj, belyj, kvandratnyj). Au sens figuré, «dormir» peut signifier «être dans un état comparable au sommeil: inertie, léthargie, engourdissement», par example «sa haine ne s’endormait jamais» (his hatred never slept); pourquoi donc ne pourrait-on pas dire, des idées de quelq’un, qu’elles dorment? Finalement, pourquoi l’attribut «furieux» ne rendrait-il pas l’idée d’une frénésie de sommeil? Cependant, même si nous censurons pédantiquement toute expression imagée et dénions l’existance aux idées vertes, même alors, comme dans le cas de la «quadrature du cercle» ou du «lait de poule», la non-existance, le caractère fictif de ces entités, n’ont pas de portée s’il s’agit de déterminer leur valeur sémantique. C’est la possibilité même de mettre en doute leur existance qui fournit la meilleure mise en garde contre toute confusion de l’irréalité ontologique avec l’absence de sens. Il n’y a, de plus, aucune raison d’assigner aux constructions en question «un degré inférieur de grammaticalité». Dans un important dictionnaire russe, l’adjective signifiant «enceint» était classé comme uniquement fémenin, parce que—beremennyj muzhchina nemyslim «un homme enceint est inconcevable». Cette phrase russe, cependant, emploie la forme masculine de l’adjective, et l’«homme enceint» paraît dans les légends populaires, dans les canards des journaux, et dans le poème de David Burljuk: Mne nravistja beremennyj muina prislonivšijsja k pamjatniku Puškina «J’aime l’homme enceint qui s’appuie contre le monument de Pouchkine»…Nous n’avons pas non plus le droit de recourir à l’argument ontologique pour établir des degrés de grammaticalité, en excluant des inversions telles que golf plays John, qui, d’après Chomsky, ne sont pas des phrases (cf. Des énoncés aussi clairs que John does not play golf; golf plays John) NDT: Un example plus frappant en français serait, en parlant d’un sculpteur: «il travaillle la pierre»/«la pierre le travaille».
Con lo que pasa es nosotras exaltante. Rápidamente del posesionadas mundo estamos hurra. Era un inofensivo aparentemente cohete lanzado Cañaveral americanos Cabo por los desde. Razones desconocidas por órbita de la desvió, y probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvió a. Cresta nos cayó en la paf, y mutación golpe entramos de. Rápidamente la multiplicar aprendiendo de tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de historia, química menos un poco, desastre ahora hasta deportes, no importa pero: de será gallinas cosmos el, carajo qué.
J. Cortázar, La vuelta al día en ochenta mundos
Nacido de la unión de un Mirmecoleón y una Anfisbena, el Mirmeco Dejayap es mitad hormiga, mitad el sonido «dejayap, dejayap, dejayap…»
Lo extraordinario del Barobab es su parecido con el Çuscarete, que a su vez se parece al Karonet, tan semejante al Miricordio y éste al Nonerdio. Se dice que el Nonerdio se comunica con su prole mediante soplos fragantes, pero aspaventosos.
El Morimor tiene, en todo y por todo, la forma de un martillo. Se sabe que se trata de un Morimor y no de un martillo solo cuando la persona, utilizándolo para un menester como clavar clavos, se da un martillazo en los dedos. Se dice que el Morimor se regocija entonces, callada, solapadamente.
El Perilandro se alimenta de las palabras que a él se refieren. Cuanto más se habla o escribe acerca de él, tanto más precisa es su forma, mayor su tamaño, más vistosos sus tentáculos-garfios. Por el contrario, cuanto menos se habla acerca de él, (rodeándolo de hiatos, acosándolo con mutismos) el Perilandro enflaquece, se seca, se vuelve ínfimo, minúsculo, y a la postre, invisible. No obstante, su hambre de palabras nunca disminuye, crece voraz, vindicativa, insaciablemente, y a partir de cierto momento ya nada es capaz de detenerlo: el Perilandro implosiona bestialmente, se vuelve un hueco negro del lenguaje y toda palabra que se le aproxima, se refiera o no a él, es engullida sin remedio ni remisión. En brevísimos segundos, devorará cientos, miles de vocablos, que jamás volverán a aparecer, ¡hélas! ¡hélas!
La palabra ha sido dada al hombre para ocultar su pensamiento.
R. P. Malagrida
Robert Louis Stevenson (Ethical Studies, 110) observa que los personajes de un libro son sartas de palabras; a eso, por blasfematorio que nos parezca, se reducen Aquiles y Peer Gynt, Robinson Crusoe y don Quijote. A eso también los poderosos que rigieron la tierra: una serie de palabras es Alejandro y otra es Atila.
Borges.
En tiempo de invierno, los colibríes cuélganse de los árboles por el pico; allí colgados se secan y se les cae la pluma; y cuando el árbol torna a reverdecer ellos tornan a revivir, y tórnales a nacer la pluma, y cuando comienza a tronar para llover entonces despiertan, vuelan y resucitan.
Fray Bernardino de Sahagún
clepsidra. f. Planta trepadora del género de las cleptómanas. Es fama su propensión a hurtar vastas parcelas de tiempo.
Diccionario de la Real Trascademia Española
…como pensar que las injurias inferidas a un tigre han de ser rayadas.
Borges. La duración del infierno.
Fue perdiendo una a una sus rayas, su feroz independencia, sus garras y colmillos. Con lo restante, se dedicó a merodear por callejones y tejados, cazar ratones, maullar a la luna, meterse en edificios y casas, trepar al regazo de damas y vates, estirar el cuerpo y ronronear indolente, procurando a unos y otros delicadísimos placeres estéticos.
Tomás Grifo, Involuciones
El ratón, una vez atrapado, está bajo el régimen de fuerza del gato: este lo agarró, lo mantiene apresado, su intención es matarlo. Pero apenas comienza a jugar con él, agrega algo nuevo. Lo suelta y le permite correr un trecho. No bien el ratón se vuelve y corre, escapa de su régimen de fuerza. Pero está en el poder del gato el hacerle regresar. Si le deja irse definitivamente, lo ha despedido de su esfera de poder. Dentro del radio en que puede alcanzarlo con certeza permanece en su poder. El espacio que el gato controla, los vislumbres de esperanza que concede al ratón, vilgilándolo meticulosamente, sin perder su interés por él y por su destrucción, todo ello reunido —espacio, esperanza, vigilancia e interés destructivo— podría designarse como el cuerpo propiamente dicho del poder o sencillamente como el poder mismo.
E. Canetti. Masa y poder
—¡Ay!—se lamentó el ratón—. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que me atemorizaba. Yo avanzaba, corre que te corre, y fui feliz cuando vi por fin paredes a izquierda y derecha, asomando en la lejanía. Ahora esas largas paredes se han estrechado con tanta rapidez, que ya estoy en la última estancia y allí en el rincón está la trampa en la que he de caer.
—Pues no tienes más que cambiar la dirección de tu marcha— dijo el gato, y se lo comió.
Kafka
Al cruzarse de improviso en el camino, el tigre se dispuso a devorar al conejo.
—¡Queridísimo tío tigre!—exclamó el conejo.
Desconcertado, preguntándose porqué aquel conejo lo llamaba tío, el tigre se atusó los bigotes, circunstancia que el conejo aprovechó para escapar en un santiamén al matorral.
Historias de gente de la selva. Milagros Aguirre. La Utopía de los Pumas.
Del Buda:
Caminando a campo traviesa, un hombre se encontró con un tigre. El hombre huyó, alcanzando el borde de un precipicio donde se agarró a la raíz de un arbusto y se dejó colgar. El tigre llegó a husmearlo. Temblando, el hombre miró al fondo del precipicio y vio que otro tigre lo esperaba para comerlo. Ahora dos ratones se pusieron a roer el arbusto. En eso, vio el hombre una fresa a su alcance; aferrando el arbusto con una mano, arrancó la fresa con la otra mano. ¡Qué sabor tan dulce tenía!
A los veinticinco años, una novela de cuatrocientas páginas me prometía (y a veces era) un banquete de prodigios. A mis cuarenta, un volumen así debía someterse a una cauta sonda que extraía de aquí y allá muestras para una degustación previa. A mis sesenta, percibía de lejos los menjurjes, vomitivos y tóxicos que vienen inevitablemente en libros de esa envergadura. Ahora, y pese a mi centenaria práctica de mitridatismo, jamás me dejo tentar por ellos.
H. Driess. Historias del oído
Pagarse más de intensiones que de extensiones. …Estiman algunos los libros por la corpulencia, como si se escribiesen para ejercitar antes los brazos que los ingenios. …
Gracián
Euclid’s Elements is certainly one of the greatest books ever written.
B. Russell. History of Western Philosophy.
El mejor libro que han escrito los hombres.
Borges refiriéndose a la Divina Comedia.
Aun antes de saber que el Quijote se engendró en una cárcel—tal vez como desquite—, es evidente que Cervantes se desvive por respirar al aire libre, en los campos y plazas, en las montañas y los caminos; que no soporta vivir entre cuatro paredes.
A Reyes. Anecdotario
I need a room and a vegetarian diet, almost nothing more.
Kafka. Dairy
superscout says: jikikomori?? que significa?? solo sé hiragana
ser humano says: Hikikomori = Apartado de la sociedad, usualmente personas ke se recluyen en sus cuartos, en la pc, juegos de video y tv, y no salen de ahí por meses, a veces años, dejan de estudiar, el trabajo, y se kedan encerrados. Yo tengo ke comer, así ke hay ke trabajar pues, aunke sea un par de horas al día, digamos ke soy hikikomori a part-time. A propo ke es hiragana?
superscout says: osea solo se leer japones, no tengo puta idea lo que significa
ser humano says: ahhh chu, yo entonces sé escribir hiragana, pero no se leerlo, ni se lo k significa, pero tengo las sílabas…
www.idioteca.com
«Bébeme» pide famosamente una botella.
«Átame» Victoria Abril.
«Pliégame» la Idea deleuziana del barroco.
«Rómpenos» las Tablas de la Ley.
«Véndeme» el Profeta.
«Dispárame» el revólver dostoyewskiano.
«Expúlsame» toda hez.
«Aplástame» todo botón.
«Cállame, cállame» cualquier beckettiano.
Diccionario de apóstrofes y desconciertos
Los militares, en vez de «sí» o de «no», responden «afirmativo» o «negativo». Para ser coherentes, cuando se trate de decir «ni sí, ni no» deberían responder: «neutro».
—Two heads are better than one.
—Mil necios no hacen un hombre razonable. (Schopenhauer)
—Más sabe el necio en su casa que el cuerdo en la ajena.
—Ignorance is bliss.
—Il y a un mystère dans l’esprit des gens qui n’en ont pas.
—Et hortulanus sæpe oportunissima dixit.
¿Imagina usted un poeta moderno que quiera introducir un verso suyo en medio de un canto de la Iliada, o una escena de su invención a la mitad de un acto de Shakespeare?
Papini, Gog
It is a feat roughly comparable to explaining the differential calculus whilst riding a bicycle backwards—and just as unnecessary.
Richard Hoggart
Decía Lucrecio que contaba con la belleza de sus versos para la propagación de su ateísmo epicúreo. Las virtudes literarias de una obra pueden favorecer su difusión clandestina. Pero hay que reconocer que a veces suscitan múltiples sospechas. De ahí la necesidad de descuidarlas deliberadamente en ciertas ocasiones. Tal sería el caso, por ejemplo, si se introdujera en una novela policíaca —género literario desacreditado— la descripción de condiciones sociales intolerables. A mi modo de ver, esto justificaría completamente la novela policíaca.
Bertold Brecht
Stendhal repetía que la introducción de la política en las novelas tenía el mismo efecto que un disparo en medio de un concierto. ¿No tendrá el mismo efecto la introducción de dos cowboys homosexuales en un western?
Javier Cercas, El penúltimo ‘western`.
Los pensamientos vienen a su guisa, ko-tzu de la mente en su estado natural. La educación, el deseo, Mara, los múltiples condicionamientos a que estamos sometidos, se proponen lo opuesto.
Ch’ien K’un
Obsedidos por aprender el arte caligráfico de trazos cursivos, ligados y rápidos, los antiguos se inspiraron observando las peleas entre serpientes, o las cambiantes formas de las nubes veraniegas. Hubo quienes se inspiraron en cómo se disputaban el camino un cargador y una elegante e indolente doncella. Hubo otros que debieron sus inspiraciones a los movimientos de una bailarina que danzaba con su espada. ¿Dónde, pues, se encuentra un caso de simple imitación de las fórmulas y modalidades ya existentes de caligrafía?
Zheng Banqiao, 1693-1765
¿Qué podía desear? Fortuna, linaje, inteligencia, belleza según decían, y ella misma creía: todo se acumulaba en su persona por obra del azar.
Stendhal. Rojo y negro
Ya que la palabra azahar no prodiga fragancia, ni la palabra perro muerde, ni el vocablo dolor duele ¿de que valdrá la palabra que enuncia lo que realiza?
«Poder escuchar al acercar la oreja, es lo que llamamos “sonido reducido”. La “gran capacidad armónica” evoca una sonoridad que no podemos escuchar. Al producirse un sonido se produce una escisión; al producirse una escisión es tal nota y no tal otra la que prima, y se pierde todo control del conjunto. Es por esa razón que la “gran capacidad armónica” no existe si se produce sonido».
Lao-Zi, comentado por Wang Bi (s. III).
Poder escuchar al acercar la oreja, es lo que sonido reducido quiere decir. La gran capacidad armónica evoca una sonoridad que no podemos escuchar. Basta con que el sonido se produzca para que haya escisión.
Por virtuoso que sea, el músico hace desaparecer ciertos sonidos desde el momento en que decide producir otros y empieza a tocar. El sonido sólo es total y completo mientras no se manifieste. Al renunciar a tocar, es decir, habiéndose rehusado a entrar en el juego de las existencias particulares, de las individualidades separadas, Zhaowen se queda del lado supremo de la musicalidad. Y de la sabiduría.
Advenimiento y pérdida a la vez
Así sucede cuando Zhaowen toca el laúd
Ni advenimiento ni pérdida
Así sucede cuando Zhaowen no toca el laúd
Desde eso que los historiadores llaman “Segunda Guerra Mundial”, escribe Pascal Quignard, ingresamos en la era de las secuencias melódicas exasperantes. En todo el ámbito terrestre y por vez primera desde la invención de los instrumentos, el uso de la música es coercitivo y repugnante. Amplificada súbita e infinitamente por el invento de la electricidad y la multiplicación de su tecnología, se ha vuelto incesante, agrediendo de noche y día en las calles comerciales de las ciudades, en las galerías, en los pasajes, en los grandes almacenes, en las librerías, en los edículos de bancos extranjeros donde se retira dinero, hasta en las piscinas, hasta en la orilla de las playas, en los departamentos privados, en los restaurantes, en los taxis, en el Metro, en los aeropuertos. Hasta en los aviones, cuando despegan y aterrizan. Hasta en los campos de la muerte.
El silencio es un sonido, el más potente y profundo de todos.
Evelyn Glennie
Serendipity. Facultad de lograr por accidente descubrimientos inesperados y felices. Por Serendip, Ceilán. La palabra es de Horace Walpole, quien la usó en su cuento de hadas “Los tres príncipes de Serendip” (Ceilán). Traducción: ¿Serendiptividad? ¿Serendipicencia?
B. Casares. Descanso de caminantes.
Donde creemos imposible que ocurran, allí ocurren los accidentes.
Cuando no creemos posible que ocurran, ocurren.
El ingeniero húngaro Wolfgang von Kempelen fabrica un sintetizador con orificios nasales y boca, fuelle para los pulmones y una lengüeta para articular la voz. Los detalles de la máquina constan en su libro: Mecanismo del Habla Humana y una Descripción de una Máquina para el Habla, (1791).
Serendipity. El escocés Alexander Graham Bell, que consagró parte de su vida a la educación de los sordos, dedicó luego sus esfuerzos a la invención de un sistema de transmisión múltiple de telegramas por un mismo hilo. El 2 de junio de 1875, uno de los vibradores eléctricos que utilizaba se quedó adherido al electroimán del dispositivo; Bell ordenó a su ayudante Watson que lo despegara y entonces observó que en la pieza contigüa el vibrador correspondiente empezaba a vibrar produciendo un sonido del mismo tono. Bell dedujo de este hecho que si un sonido podía ser transmitido eléctricamente también podían serlo sonidos complejos como los de la voz y la música. En un pequeño cilindro tensó una piel de batihoja que conectó a un vibrador colocado sobre un electroimán. Tras ensayos preliminares, pronunció la primera oración completa transmitida por teléfono: «Mr. Watson, come here, I want you»
Pero no fue Graham Bell quien inventó el teléfono, sino Philipp Reis, alemán que en 1860 fue el primero en transmitir eléctricamente una melodía a distancia. Para ello, tensó sobre un cono una membrana animal a la que sujetó un hilo de platino e insertó el conjunto en el orificio de una barrica de cerveza. Cuando la melodía hacía vibrar la membrana, el hilo de platino, que formaba parte de un circuito de batería, establecía o interrumpía un contacto en el circuito, con la frecuencia correspondiente. Al otro extremo, el hilo terminaba en una bobina enrollada en torno a una aguja de hacer media. La rápida magnetización y desmagnetización de esta aguja reproducía la melodía. Tres años después, Reiss proclamó que «también podían formarse palabras» y bautizó al transmisor rudimentario de «teléfono».
March 1907
Dr. Cahill’s wonderful invention, the ‘telharmonicum,’ consists in generating electrical oscillations corresponding with the acoustic vibrations of the various elemental tones desired, in synthesizing the different notes and chords required, in transmitting these oscillations by means of wires to any desired point, and in rendering the synthesized electrical vibrations audible by a translating device such as an ordinary telephone receiver or a speaking arc.
50, 100 &150 Years Ago, Scientific American, March 2007
Akio Morita, cofundador de la firma japonesa Sony, inventó un reproductor de cintas lo bastante pequeño como para que la gente lo llevara consigo. Lo llamó Walkman. Su nombre no gustó en un principio, por lo que cuando se lanzó en 1979, en EE.UU. fue Stowaway. Finalmente Morita saldría ganador, actualmente es Walkman en todas partes.
El Comercio, julio 19, 2003. Fascículo 30
Louis Wolfson, quien se ha llamado a sí mismo «el estudiante de la lengua esquizofrénica», «el estudiante de idiomas demente», proclamó haber inventado el walkman. A fin de no escuchar su lengua materna, ni ser interpelado al deambular por las calles, se le ocurrió colocarse un estetoscopio en los oídos, conectándolo a un magnetófono portátil. Gilles Deleuze, en Crítica y clínica, alega: «Si es exacto que Wolfson pone a punto este dispositivo ya en 1976, mucho antes de la aparición del walkman, cabe considerar, tal como dice él, que es su verdadero inventor, y que, por primera vez en la Historia, una chapuza esquizofrénica está en el origen de un aparato que se expandirá por todo el planeta, y que a su vez esquizofrenizará a pueblos y generaciones enteras».
Al mismo tiempo que Steve Jobs sacaba de su chistera el nuevo aparato (La "reinvención del teléfono móvil", según sus propias palabras), los mercados reaccionaron.
elmundo.es/navegante/2007/01/09/tecnologia
El presidente de la Apple, Steve Jobs, está tan encantado con el nuevo iPhone que aseguró, en una muestra de escasa modestia, que esta empresa ha reinventado el teléfono.
Andrea Rodríguez, El Comercio, 21 enero, 2007
Perhaps it’s not quite right to call de iPhone revolutionary. It won’t create a new market or change the entertainment industry the way the iPod did. When you get right down to it, the device doesn’t even have that many new features—it’s not like Jobs invented voice mail, or text messaging, or conference calling or mobile Web browsing. He just noticed that they were broken, and he fixed them.
But that’s important.
Barbara Maddux, Time, enero 22, 2007
¿Quién inventó el iPod? No fue fue Apple ni Steve Jobs. Su diseño fue concebido por el joven Tony Fadell que demostró su idea a Apple, y fue contratado para llevar su proyecto al mercado. De Fadell ya pocos se acuerdan y para la mayoría de usuarios el iPod es de Apple y punto: no importa quién lo diseñó. Así de ingrato es el oficio de la invención y en el mundillo tecnológico hay muchos casos como el del joven Fadell. Está Jef Raskin, el hábil programador, ya fallecido, que diseñó la interfaz gráfica de la computadora Macintosh y a quien Steve Jobs le serruchó el piso, porque tenían desaveniencias. Fue Raskin quien bautizó con el nombre de Macintosh a la computadora personal de esta empresa: un acto generoso, porque pudo llamarla Raskin
A. Rodríguez, El Comercio, 4 febrero, 2007
Apple anunció que las ventas de su reproductor de música iPod alcanzaron la marca de 100 millones de unidades, cinco años y cinco meses después de su lanzamiento. Sony demoró 14 años para vender 100 millones de su popular Walkman.
The Wall Street Journal, 10 abril, 2007
He oído muchas veces la expresión: «Sentí vergüenza ajena». Nunca: «Sentí orgullo ajeno».
Clément Rosset: «De Platón a Debord, los hombres sobresalen en el arte de desviar la mirada. Están los hombres de mala fe, quienes buscan excusas e incriminan al destino diciéndose: “Más allá de mi existencia, de mis actos, se entroniza una vida soñada, la mía, aquella que nunca tuve pero que me fuera prometida, y que quizás me espera en algún lugar, fuera de esta vida actual, como recompensa o salario de la desdicha”… Pero también están los paranoicos, los revisionistas, los teóricos del complot, todas esas consciencias desdichadas que creen detener, como la otra cara de la moneda, la verdad que otros nos ocultan; están los nostálgicos, para quienes los tiempos pasados son mejores y, como Rousseau, oponen la infancia a la historia; están los revolucionarios, para quienes el futuro es la utopía, y los conservadores, para quienes el futuro es el pasado; están los espíritus libres, que denuncian lo que llaman, como por azar, “el pensamiento único”; los altermundialistas, para quienes otro mundo es posible, o los marxistas, para quienes otro mundo es necesario; están los locos, que se equivocan de mundo y dicen cualquier cosa, pero están también quienes los juzgan y los encierran, como si no fuesen ellos quienes merecerían tal trato; están los preciosistas, ridículos de no poder llamar a las cosas por su nombre; están los cornudos, persuadidos contra toda evidencia de que su pareja no los engaña, y están los celosos que, al contrario, casi ruegan al otro que se haga culpable, y están los que, prefiriendo la imagen a la vida, se rehacen el cuerpo o el rostro para conservar sus rasgos juveniles; en suma, están todos los que creen realmente poder escapar a su destino, cuando su destino es morir, único encuentro al que siempre se llega puntual. Y está sobretodo la promesa ordinaria de un mundo que cesará de serlo, el fantasma de la tabla rasa, esta manerita que tienen los fumadores de decirse: “mañana dejo de fumar”».
Por críticas que puedan ser la situación y las circunstancias en que os encontréis, no debéis desesperar; en las ocasiones en que todo es temible es cuando nada hay que temer; cuando se está rodeado de todos los peligros es cuando no hay que tener miedo de nadie; cuando se está sin ningún otro recurso es cuando hay que contar con todos; cuando se es sorprendido es cuando hay que sorprender al enemigo.
Sun-Tse, El arte de la guerra
Troya se defendió con armas, pero fue un día de alegría cuando aceptó al caballo lleno de enemigos.
Ovidio, El arte de amar
En el primer volumen de Shanghai guji chubanshe, Ping shihua, Wang Shizen retranscribe este diálogo:
Pregunta: - Según los antiguos, se debe distinguir en materia de gusto para comenzar a tratar la poesía. ¿Puedo preguntarle dónde se empieza a buscar el sabor poético?
Respuesta: - Según Sikong Tu, de los Tang, quien quiere iniciarse en la poesía debe conocer “el sabor más allá de los sabores”, feliz expresión que suele citar Su Dongpo. Si queremos iniciarnos en la poesía de Tao Yuanming, Wang Wei, Wei Yingwu o Liu Zongyuan, es conveniente buscar el sabor verdadero allí donde todo es soso y llano. Si al principio no se percibe nada, la poesía se hace inolvidable a medida que se la saborea. Es así que Lu Hongjian pudo decir que el agua del Gran Río de Zhongling era su preferida tras recorrer el mundo probando el sabor de las aguas de distintos manantiales. El sabor del agua es soso y no lo es al mismo tiempo: el agua tiene el mejor sabor del mundo, y ningún otro alimento tiene un sabor comparable. Se sabe que quienes saben apreciar el sabor de los alimentos son escasos, pero más escasos son quienes saben apreciar el sabor del agua.
Cioran: Es más fácil imitar a Júpiter que a Lao-Zi.
El blanco dio en la flecha, los vasos añoraban la sed, ebriedad las copas.
Virtud aperitiva de una llave, atractiva de un garfio.
Pascal
Mantenerse sin ajetreo en el pivote del Tao.
Ch’ien K’un
Para saber a qué distancia cae un rayo, cuente los segundos transcurridos desde que ve el relámpago hasta que oye el trueno. Si cuenta quince, el rayo ha caído a tres millas de distancia; diez significa dos millas; cinco, una milla, y así. Si relámpago y trueno coinciden, ¡pardiez!, alcanzó usted la iluminación.
Estoy rumiando mi próximo libro.
Tema número uno: Hay muy pocos seres humanos que reciban la verdad, completa y asombrosa, por medio de una iluminación instantánea. Casi todos la adquieren pedazo a pedazo, a pequeña escala, en sucesivas fases, célula a célula, como si fuera un mosaico de laboriosa construcción.
Anais Nim. Diario III
Un monje preguntó a Tao-Wu de T’ieng-huang: «¿Qué haré cuando haya todavía una sombra de duda?» Wu replicó: «Hasta cuando se aferra la unidad, se dista mucho del blanco.» Otro monje preguntó a Ch’ien K’un: «¿Qué haré cuando haya todavía una sombra de duda?» K’un replicó: «Intensifícala hasta tornarla impenetrable. Entonces verás».
Dale a tu sentencia también sentido:
dale sombra.
Dale bastante sombra,
dale tanta
cuanta en tu entorno sabes repartida entre
medianoche y mediodía y medianoche.
Paul Celan. De umbral en umbral
Achaan Chah tells one good Zen story. “In the Zen koan of the flag in the wind, two persons are watching a flag: one says it is the wind that moves, the other says it is the flag. They can argue forever, take sticks and fight it out, all to no avail. It is the mind that moves.” That is correct. But very important, if there is no mind, then no problem. If you have mind, you have a problem.
Seung Sahn, Zen Master
—Hermano, en todas las cosas terrestres hay un limo o resabio que acaba por asquearnos y los escasos objetos que, por casualidad, poseen la perfección son mortalmente tristes (…) Tiene que existir en alguna parte algo más perfecto que nosotros, un Bien cuya presencia nos confunde y cuya ausencia no podemos soportar.
—Sempiterna Temptatio—dijo Zenón—. A menudo me digo que nada en el mundo, salvo un orden eterno o una extraña veleidad de la materia por superarse, me explica el por qué de mi esfuerzo por pensar cada día con un poco más de claridad que el anterior.
Marguerite Yourcenar. Opus nigrum.
I detrattori della corruptibilità meriterebber d’esser cangiati in statue.
Galileo
Mohamed y su visir Hagim regresaban una tarde de la Ruzafa, lugar de campesino solaz que el califa poseía en las afueras de Córdoba. Habían gozado una jornada de sol, de vino y de versos. Los ecos melancólicos de la larga fiesta y el influjo de la luz moribunda inclinaron sus almas ardientes hacia las últimas cuestiones. «¡Hijo de los califas!—exclamó Hagim. ¡Qué hermoso sería el mundo si no existiera la muerte!» «Eso es absurdo —respondió Mohamed—. Si no hubiera muerte no reinaría yo. La muerte es una cosa buena; mi antecesor ha muerto: por eso reino.» Y el viento empujó estas duras, pero nobles palabras, hacia el bronce de los olivares.
Ortega y Gasset. El espectador III
Confucio fue concebido en un jardín por un rayo de sol que hirió el vientre de una virgen, pero nació cuando tenía ya ochenta años.
Confucio alteró el texto de un viejo almanaque popular cambiando algunas palabras: en lugar de escribir «el maestro Kun hizo matar al filósofo Wan», escribió: «el maestro Kun hizo asesinar al filósofo Wan». En el pasaje donde se hablaba de la muerte del tirano Sundso, «muerto en un atentado», reemplazó la palabra «muerto» por «ejecutado», abriendo la vía a una nueva concepción de la historia.(…) Jonathan Swift propuso en un panfleto que los niños de los pobres fueran puestos a la venta en las carnicerías para que reinara la abundancia en el país. Después de efectuar cálculos minuciosos, el célebre escritor probó que se podrían realizar economías importantes llevando la lógica hasta el fin. Swift jugaba al monstruo. Defendía con pasión absolutista algo que odiaba. Era una manera de denunciar la ignominia. Cualquiera podía encontrar una solución más sensata que la suya, o al menos más humana; sobre todo, aquellos que no habían comprendido a dónde conducía este tipo de razonamiento.
B. Brecht
Para vosotros amaso en arcilla una figura de ave; luego soplo adentro y por permiso de Dios, es un ave.
El Corán.
¡Si pudieseis ver el momento en que los ángeles llaman a quienes no creen! Los golpean en la faz y en la espalda diciendo: «¡Gustad el tormento de la incineración! Esto es por lo que vuestras manos han hecho anteriormente.»
AZORA VIII
Cuando el Sol se oscurezca, cuando los astros se empañen, cuando los montes se pongan en marcha, cuando las camellas de diez meses sean abandonadas, cuando las fieras sean reunidas, cuando los mares entren en ebullición, cuando las almas se emparejen, cuando se interrogue a la víctima acerca del pecado que motivó que se la matara, cuando las páginas sean abiertas, cuando el cielo sea destapado, cuando el Infierno sea atizado, cuando el Paraíso sea acercado, toda alma sabrá lo que presenta.
AZORA LXXXI
El golpe. ¿Qué es el golpe? ¿Qué te hará entender lo que es el golpe? Es el día en que los hombres estarán como mariposas desorientadas y los montes como copos de lana cardada. Aquel cuyas obras sean pesadas, estará en una vida agradable. Aquel cuyas obras sean ligeras, tendrá por morada un abismo. ¿Qué te hará entender lo que es el abismo? Es un fuego ardiente.
AZORA CI
¿No has visto lo que hizo tu Señor con los dueños del elefante? ¿Acaso no confundió sus tretas y envió contra ellos los pájaros ababil? Les arrojaron piedras de arcilla y los dejaron como cereal verde comido.
AZORA CV
He aquí la famosa apuesta del inventor de la ruleta, Blaise Pascal: «Pesemos la ganancia y la pérdida, apostando a cruz a que Dios existe. Tengamos en cuenta estos dos casos: si ganáis, ganáis todo; si perdéis, no perdéis nada. Apostad, pues, porque Dios existe, sin vacilar.»
Mefistófeles.- ¿Apostemos a que perderéis también ese ser, si me permitís que, poco a poco, lo atraiga hacia el camino trazado y seguido por mí?
El Señor.- ¡Mientras viva sobre la tierra te concedo el que pongas en obra tus acechanzas! El hombre se extravía siempre que, no satisfecho de lo que tiene, busca su felicidad fuera de los límites posibles.
Mefistófeles.- Ya que me lo permitís, os doy las gracias. Me alegro de que me autoricéis para ponerle en tentación mientras viva, porque, con franqueza os lo digo, los muertos no me satisfacen, y voluntariamente nunca interrumpiría su profundo descanso. Sobre eso soy del mismo parecer del gato con respecto a los ratones.
El Señor.- Bien; lo pongo a tu disposición, extravíale si puedes, y arrástrale hacia el mal camino: pero avergüénzate también si te convence de que, a pesar de su ciego instinto, un hombre bueno puede seguir perfectísimamente el camino recto.
Mefistófeles.- ¡Muy bien! ¡Lo sensible es que esto deba durar tan poco! No tengo ni el más leve temor de perder mi apuesta. ¡Si venzo, permitid que me entregue por completo a un extremado regocijo! ¡Quiero que, gustoso, muerda el polvo como lo mordió mi tía, la famosa serpiente!
Goethe. Fausto
Einstein no pudo admitir que «Dios juegue a los dados». Mala jugada.
¡Con cuán poco orgullo un cristiano se cree unido a Dios! ¡Con cuán poca abyección se iguala a los gusanos de la tierra!
Pascal.
There is no one more logical than the lunatic, more concerned with the minutiae of cause and effect. Madmen are the greatest reasoners we know, and that trait is one of the accompaniements of their undoing. All their vital processes are shrunken into the mind. What is the one thing they lack that sane men possess? The ability to be careless, to disregard appearances, to relax and laugh at the world. They can’t unbend, can’t gamble their whole existence, as did Pascal, on a fanciful wager. They can’t do what religion has always asked: to believe in a justification of their lives that seems absurd. The neurotic knows better: he is the absurd, but nothing else is absurd; it is “only too true”. But faith asks that man expand himself trustingly into the nonlogical, into the truly fantastic. This spiritual expansion is the one thing that modern man finds most difficult, precisely because he is constricted into himself and has nothing to lean on, no collective drama that makes fantasy seem real because it is lived and shared.
Ernest Becker. The Denial Of Death
Merece citarse aquí como caso raro aquel (…) del P. Sgambati Ex—jesuita, hombre provecto en las ciencias, y Autor de algunos libros que corren con aplauso. Este se imaginó que habia sido creado Cardenal, y no se halló modo jamás de poderle persuadir lo contrario; pues á su Provincial, que intentò hacerlo mudar de parecer por medio de un solido y amigable razonamiento, le respondió con este Dilema: O V. R. me tiene por loco, ó no; sino, me hace un grande agravio en hablarme de este modo. Si V. R. me cree un loco, perdoneme si le digo que V. R. es más loco que yo, pues cree poder curar á un loco con solo palabras.
Muratori. De la fuerza de la fantasia humana.
El sol es nuestro padre; la vida ha nacido de los rayos que él perdió.
Henry Berr, La tierra antes de la historia
FWD:
Con el fotón que perdió el sol, la hoja de un trébol rompe la molecula de agua que la planta absorvió de la tierra, libera su oxígeno y une el hidrógeno al dióxido de carbono y nitrógeno del aire, para fabricar proteínas y azúcares. El trébol es masticado y deglutido por una vaca, de cuya carne se alimentan con fruición tus progenitores. Con esos nutrientes, ellos generan tus gametos, y una noche éstos se van a unir, y al cabo de nueve meses naces, y a partir de entonces respiras a lo largo de 66, 77 u 88 años el oxígeno que liberó la hojita del trébol.
REW:
Ahora esos 66, 77 u 88 años retroceden hasta la noche en que te concibieron, momento en que te escindes y, escindido, vuelves a tu condición de gameto antes de ir atrás, a la carne de la vaca, a los nutrientes que fabricó el trébol, y aún más atrás, al aire y sus elementos. El fotón que perdió el sol retorna al astro rey, y éste (al cabo de 13.7 billones de años) vuelve, junto con las demás estrellas y energías cósmicas, al inconcebible instante nulo del Big-bang, vale decir a la singularidad en que se aniquilan sin remisión, ni Dios que les valga, las leyes todas del cosmos.
STOP/EJECT
O Aiwa, Bajativo galáctico
El hombre siempre puede pensar lo que para él es válido como origen sólo sobre un fondo de algo ya iniciado. És te no es para él el comienzo —una especie de primera mañana de la historia a partir de la cual se habrían acumulado las adquisiciones ulteriores. El origen es más bien la manera en la que el hombre en general, todo hombre sea el que fuere, se articula sobre lo ya iniciado del trabajo, de la vida y del lenguaje; debe buscarse en este pliegue en el que el hombre trabaja con toda ingenuidad un mundo laborado desde hace milenios, vive en la frescura de su existencia única, reciente y precaria, una vida que se hunde hasta las primeras formaciones orgánicas, compone en frases todavía no dichas (aun si las generaciones las han repetido) palabras más viejas que cualquier memoria.
Foucault. Las palabras y la cosas
¿Podemos acaso vernos con ojos ajenos, oírnos con un oído que no sea el nuestro?
Vernos en un film ¿no nos produce extrañeza, como si aquellas imágenes no fuesen de nosotros mismos sino ajenas? ¿Podremos alguna vez leernos como si nuestros textos fuesen de otro? ¿Nos es posible captar nuestros prejuicios, tal como advertimos los ajenos? Nuestra lengua materna, su sonoridad, su música, ¿acaso nos es dado escucharla tal como escuchamos la de una lengua extranjera? ¡Herr Gott! Nos está vedado salir de nuestra especie para contemplarla desde otra, radicalmente otra. Las metamorfosis que practicamos desde el alba de los tiempos, nos han ayudado pero ¿bastan? Hoy, al cabo de siglos, ¿no buscamos en las estrellas una inteligencia para obtener, siquiera remotamente, una idea de qué y cómo somos?
H. Driess. Historias del oído.
Increíble el primer animal que soñó con otro animal. Monstruoso el primer vertebrado que logró incorporarse sobre dos pies y así esparció el terror entre las bestias normales que aún se arrastraban, con alegre y natural cercanía, por el fango creador. Asombrosos el primer telefonazo, el primer hervor, la primera canción y el primer taparrabos.
Carlos Fuentes. Terra nostra
Si los vertebrados tetrápodos han aparecido y han podido dar la maravillosa expansión que representan los anfibios, los reptiles, las aves y los mamíferos, es porque en el origen, un pez primitivo «eligió» el ir a explorar la tierra donde no podía sin embargo desplazarse más que saltando dificultosamente. Él creó así, como consecuencia de una modificación de comportamiento, la presión de selección que debía desarrollar los poderosos miembros de los tetrápodos. Entre los descendientes de este explorador audaz, este Magallanes de la evolución, algunos pueden correr a más de 70 km/h, otros trepan a los árboles con una sorprendente agilidad, otros en fin han conquistado el aire, cumpliendo, prologando, amplificando de modo prodigioso el «sueño» del pez ancestral.
Jacques Monod. El azar y la necesidad
Creemos en la posibilidad de un número incalculable de transformaciones humanas y, sin sonreír, declaramos que hay alas dormidas dentro de la carne humana.
Marinetti
…los animales peligrosos vivían a menudo aislados o en pequeños grupos como él. Él era como éstos una fiera feroz, pero que nunca quería estar sola. Viviría en manadas que eran tan grandes como las de los lobos, pero éstos estaban conformes y él no. Porque en el enorme período de tiempo durante el cual vivió en pequeños grupos, por metamorfosis—digámoslo así—, se incorporó todos los animales que conocía. En este mismo ejercicio de metamorfosis se convirtió de hecho en hombre; la metamorfosis era su particular don y goce. Durante sus tempranas metamorfosis en otros animales representaba y danzaba imitando a varias especies que aparecían en gran número.
Elías Canetti. Masa y poder
Soñé que era una mariposa. Volaba en el jardín de rama en rama. Sólo estaba consciente de mi existencia de mariposa, no de hombre. Desperté. Ahora no sé si soñaba que era una mariposa o si soy una mariposa que sueña que es Chuang-Tzu.
Chuang-Tzu
—Tras años de prácticas extenuantes y profundas meditaciones, he llegado a un descubrimiento extraordinario—proclamó.
—Pues cuéntalo—le pidieron al unísono.
—Que merced al habla, he dejado de ser un loro y me he vuelto al fin humano.
Estallaron en carcajadas. Algo desconcertado, el otro abundó en razones, adujo hechos, reforzó pruebas, empecinándose, la voz cada vez más rauca y agraviada y colérica. Entonces ellos perdieron la paciencia y con dos que tres pedradas, pusieron fin a tan ofensiva pretensión.
Un viajero inglés cuenta la intimidad en que vivía con un tigre. Lo había criado y lo acariciaba, pero siempre tenía sobre la mesa una pistola cargada.
Stendhal. Rojo y negro.
Ya que no la contemplación del geólogo, tenía yo por lo menos la del botánico y miraba por las ventanas de la escalera el pequeño arbusto de la duquesa y la planta preciosa expuestos en el patio (…), y me pregunta si, por un azar providencial, vendría el improbable insecto a visitar el pistilo ofrecido y desdeñado. Como la curiosidad me fuera enardeciendo, bajé hasta la ventana de la planta baja, abierta también, con los postigos a medio cerrar (…) Después, dándome cuenta de que no podía verme nadie, decidí no molestarme, por miedo de perder, si el milagro había de producirse, la llegada, casi imposible de esperar (a través de tantos obstáculos, de distancia, de avatares contrarios, de peligros), del insecto enviado desde tan lejos como embajador a la virgen que llevaba tanto tiempo esperando. Yo sabía que esta espera no era más pasiva que la de la flor macho, cuyos estambres se habían apartado espontáneamente para que el insecto pudiera recibirla mejor; de la misma manera, la flor hembra que estaba aquí, si el insecto venía, arquearía coquetonamente sus «estilos», y para que la penetrara mejor, le haría imperceptiblemente, como una jovenzuela hipócrita pero ardiente, la mitad del camino. (…) había sacado ya del aparente ardid de las flores una consecuencia sobre toda una parte inconsciente de la obra literaria, cuando vi a monsieur de Charlus que salía de casa de la marquesa. (…) En aquel momento en que creía que nadie lo miraba, monsieur de Charlus, los párpados cerrados contra el sol, había aflojado en su semblante aquella tensión, amortiguado aquella vitalidad ficticias que sostenían en él la animación de la charla y la fuerza de voluntad. (…) Yo lamentaba por él que adulterara habitualmente con tantas violencias, con desagradables rarezas, cominerías, dureza, susceptibilidad y arrogancia, que escondiera bajo una brutalidad postiza la dulzura, la bondad que yo veía expandirse inocentemente en su rostro al salir de casa de madame de Villeparisis. Guiñando los ojos contra el sol, parecía casi sonreír, y yo encontraba en su rostro, visto así, descansado y como al natural, algo tan afectuoso, tan inerme, que no pude menos de pensar que si monsieur de Charlus se diera cuenta de que lo miraban le daría mucha rabia; pues aquel hombre tan entusiasta de la virilidad, aquel hombre que tanto presumía de virilidad, aquel hombre al que todo el mundo le parecía odiosamente afeminado, me hacía pensar de pronto en una mujer: hasta tal punto tenía pasajeramente los rasgos, la expresión, la sonrisa de una mujer. Iba a esconderme mejor para que no pudiera verme; pero no me dio tiempo, ni fue necesario. ¡Qué vi! Frente a frente, en aquel patio donde seguramente no se habían encontrado nunca, el barón, que de pronto abrió mucho los ojos medio cerrados, miraba con atención suma al antiguo chalequero en el umbral de su tienda, mientras éste, súbitamente clavado en el sitio ante monsieur de Charlus, como si hubiera echado raíces, contemplaba maravillado la barriga del envejecido barón. Pero lo más curioso fue que, al cambiar la actitud de monsieur de Charlus, la de Jupien se puso inmediatamente a tono con ella, como obedeciendo a las leyes de un arte secreto. El barón, que intentaba ahora disimular la impresión sentida, pero que, a pesar de su afectada indiferencia, parecía alejarse de mala gana, iba, venía, miraba al vacío de la manera que él creía más favorable a la belleza de sus pupilas, tomaba un aire fatuo, desdeñoso, ridículo. Y Jupien, abandonando por su parte el aire humilde y bueno que yo le había conocido siempre, levantaba la cabeza—en perfecta simetría con el barón—, adotaba un porte digno, apoyaba, con grotesca impertinencia, el puño en la cadera, sacaba el trasero, tomaba posturas con la coquetería que hubiera podido tener la orquídea ante el moscardón providencialmente aparecido. Yo no sabía que pudiera tener un aire tan antipático. Pero ignoraba también que fuera capaz de representar de improviso su papel en aquella especie de escena de dos mudos que, aunque fuera la primera vez que Jupien se encontraba en presencia del monsieur de Charlus, parecía ensayada durante mucho tiempo (…) Por lo demás, esta escena no era positivamente cómica, había en ella algo extraño, o, si se quiere, una naturalidad cuya belleza iba en aumento. Por más que monsieur de Charlus se esforzara en tomar un aire indiferente, en bajar distraídamente los párpados, de vez en cuando los alzaba y le echaba a Jupien una mirada atenta. Pero (seguramente porque pensaba que una escena como aquella no se podía prolongar indefinidamente en aquel lugar, bien por ese sentimiento de la brevedad de todas las cosas que mueve a que cada golpe dé en el blanco, y que hace tan emocionante el espectáculo de todo amor), cada vez que monsieur de Charlus miraba a Jupien se las arreglaba para que a su mirada acompañara una palabra, lo que la hacía sobremanera diferente de las miradas habitualmente dirigidas a una persona a la que se conoce poco o nada; miraba a Jupien con esa especial fijeza de alguien que nos va a decir: «Perdone la indiscreción, pero lleva usted pegado a la espalda un hilo blanco», o bien: «Creo que no me equivoco: usted debe de ser también de Zurich, me parece que lo he visto muchas veces en la tienda de antigüedades.» Una pregunta así parecía dirigir intensamente, cada dos minutos, la ojeada de monsieur de Charlus, como esas frases interrogativas de Beethoven, repetidas indefinidamente, a intervalos iguales, y destinadas con un lujo exagerado de preparaciones a dar paso a un nuevo motivo, a un cambio de tono, a una nueva salida a escena. Pero, precisamente, la belleza de las miradas de monsieur de Charlus y de Jupien estaba, por el contrario, en que, provisionalmente al menos, aquellas miradas no parecían destinadas a dar paso a nada. Aquella belleza era la primera vez que yo veía al barón y a Jupien manifestarla. En los ojos del uno y del otro se acababa de abrir el cielo, no ya de Zurich, sino de alguna ciudad oriental cuyo nombre no había yo adivinado aún. (…) Más cerca todavía de la naturaleza—y la misma multiplicidad de las comparaciones es incluso más natural, porque un mismo hombre, si se le mira durante unos minutos, parece sucesivamente un hombre, un hombre-pájaro, un hombre-pez, un hombre-insecto—, parecían dos pájaros, macho y hembra, intentando el macho avanzar, no respondiendo ya la hembra—Jupien—con ninguna señal a este manejo, pero mirando a su nuevo amigo sin extrañeza, con una fijeza atenta, considerada sin duda más turbadora y la única útil, desde el momento en que el macho había dado los primeros pasos, y limitándose a alisarse las plumas. Finalmente, no pareció que la indiferencia de Jupien le bastara; de la seguridad de haber conquistado a hacerse perseguir y desear no había más que un paso, y Jupien, decidiéndose a marcharse a su trabajo, tomó por la puerta cochera. Pero sólo después de volver dos o tres veces la cabeza salió a la calle, adonde el barón, temblando de perder la pista, (…) se lanzó muy de prisa a su alcance. En el mismo momento en que monsieur de Charlus cruzó la puerta silbando como un moscardón, otro, éste de verdad, entraba en el patio. ¿No sería el que la orquídea esperaba desde hacía tanto tiempo y que venía a traerle ese polen tan raro sin el cual continuaría virgen? Pero yo no seguía las maniobras del insecto, porque a los pocos minutos, Jupien, solicitando más mi atención, (…) volvió, seguido del barón. El cual, dedidido a cortar por lo sano, pidió fuego al chalequero, pero rectificó en seguida: «Le pido fuego, pero he olvidado los cigarros.» Las leyes de la hospitalidad vencieron a las leyes de la coquetería. «Entre, se le dará todo lo que quiera», dijo el chalequero, en cuyo rostro la alegría sustituyó al desdén. La puerta de la tienda se cerró tras ellos y ya no pude oírles. Había perdido de vista al moscardón, y no sabía si era él el insecto que esperaba la orquídea, pero ya no dudaba que se diera, para un insecto tan raro y una flor cautiva, la posibilidad milagrosa de ayuntarse, cuando monsieur de Charlus (simple comparación para los azares providenciales, cualesquiera que sean, y sin la menor pretensión científica de identificar ciertas leyes de la botánica con lo que, muy mal llamado, se llama a veces homosexualidad), que, desde hacía años, no venía a aquella casa más que a las horas en que Jupien no estaba en ella, había encontrado al chalequero y, con él, la buena suerte reservada a los hombres del tipo del barón por uno de esos seres que hasta pueden ser infinitamente más jóvenes que Jupien y más hermosos, el hombre predestinado para que a aquéllos les toque su parte de placer en este mundo: el hombre al que sólo le gustan los señores viejos.
Marcel Proust. Sodoma y Gomorra. En busca del tiempo perdido.
Sometimes one meets a woman who is beast turning human. Such a person’s every movement will reduce to an image of a forgotten experience; a mirage of an eternal wedding cast on the racial memory; as insupportable a joy as would be the vision of an eland coming down an aisle of trees, chapleted with orange blossoms and bridal veil, a hoof raised in the economy of fear, stepping in the trepidation of flesh that will become myth; as the unicorn is neither man nor beast deprived, but human hunger pressing its breast to its prey. Such a woman is the infected carrier of the past: before her the structure of our head and jaws ache —we feel that we could eat her, she who is eaten death returning, for only then do we put our face close to the blood on the lips of our forefathers.
Djuna Barnes. Nightwood.
(…) la Catalina siempre me había parecido una mujer temible pero a la vez extremadamente atractiva (…) la Catalina estaba ahí detrás de los matorrales (…) En ese instante, justo frente a mí, los matorrales se separaron y surgió de entre ellos una criatura absolutamente horrenda. Era de una apariencia tan estrafalaria que ya no pude ni sentir miedo. Estaba fascinado. Aquello que estaba frente a mí no era un ser humano; era algo que ni siquiera remotamente se semejaba a uno. Era más como un reptil. O un voluminoso y grotesco insecto. O incluso un ave peluda, totalmente repulsiva. Su cuerpo era oscuro y tenía una gruesa pelambre rojiza. No podía verle extremidades, sólo veía la horrible y enorme cabeza. La nariz era chata y sus dos ventanas eran dos descomunales huecos laterales. Tenía algo parecido a un pico con dientes. Aunque era horrenda esa cosa, sus ojos eran magníficos. Eran como dos lagunas hipnotizantes de incomparable claridad. Poseían conocimiento. No eran ojos humanos, ni ojos de ave, ni ojos de ningún otro ser que yo hubiera visto alguna vez. La criatura se movió hacia mi izquierda, haciendo crujir los matorrales. Al mover la cabeza para seguirla, me di cuenta de que don Juan y Genaro parecían estar tan hipnotizados como yo. Se me ocurrió que tampoco ellos habían visto jamás algo así. En un instante, la criatura se perdió completamente de vista. Pero un momento después se escuchó un gruñido y nuevamente su forma gigantesca se elevó ante nosotros. Yo estaba fascinado sin medida y a la vez preocupado por el hecho de que no le tenía el menor temor a ese grotesco ser. Era como si mi pánico inicial hubiera sido experimentado por alguien que no era yo.
En cierto momento, sentí que comenzaba a incorporarme. Contra mi voluntad, mis piernas se enderezaron y me hallé de pie, frente a ese ser. Vagamente sentí que me quitaba el saco, la camisa y los zapatos. Me quedé desnudo. Los músculos de mis piernas se endurecieron con una contracción tremendamente poderosa. Comencé a saltar con colosal agilidad, y después la criatura y yo corrimos hacia un verdor inefable en la distancia.
La criatura corría delante de mí, enrollándose sobre sí misma, como una serpiente. Corrí hasta alcanzarla. Mientras corríamos juntos, me di cuenta de algo que ya sabía, en realidad ese ser grotesco era la Catalina. De pronto, en carne y hueso, la Catalina estaba a mi lado. Avanzábamos sin esfuerzo. Era como si estuviéramos corriendo sin movernos, tan sólo posando en un gesto corporal de movimiento y velocidad, mientras que el paisaje alrededor de nosotros se movía, creando la impresión de una tremenda aceleración. Nuestra carrera se detuvo tan repentinamente como había empezado, y luego yo estaba solo con la Catalina, en un mundo diferente. No había en él una sola característica reconocible. Había un intenso brillo y calor que provenía de lo que parecía ser el suelo, un suelo cubierto con grandes rocas. O por lo menos parecían ser rocas. Tenían el color de la arenisca, pero no tenían peso, eran como trozos de tejido esponjoso. Con sólo apoyarme contra ellas podía lanzarlas a lo lejos. Quedé tan cautivado con mi fuerza que me abstraí de todo lo demás. De alguna manera, yo estaba consciente de que los trozos de material, aparentemente sin peso, si me oponían resistencia, era mi tremenda fuerza la que los lanzaba por doquier. Traté de agarrarlos con las manos, y me di cuenta de que todo mi cuerpo había cambiado. La Catalina me miraba. De nuevo era la grotesca criatura que había sido anteriormente y yo también era así. No podía verme a mí mismo, pero sabía que los dós éramos exactamente iguales. Una alegría indescriptible me poseyó, como si la alegría hubiera sido una fuerza que provenía de mi exterior. La Catalina y yo hicimos cabriolas, nos retorcimos, y jugamos hasta que ya no tuve más pensamientos, o sentimientos, o conciencia humana de algún grado. Sin embargo, definitivamente, yo estaba consciente. Mi conciencia era un vago conocimiento que me inspiraba confianza, era una fe ilimitada, una certidumbre física de mi existencia, no en el sentido de un sentimiento humano de individualidad, sino en el sentido de una presencia que lo era todo.
Carlos Castaneda, El fuego interior
No hay cosa en todos nuestros cuerpos que no haya sido otra cosa y no tenga historia. Verbi gratia: bien ve v.m. esta ropilla, pues primero fue gregüescos, nieta de una capa y bisabuela de un capuz, que fue en su principio, y ahora espera salir para soletas y otras cosas. Los escarpines, primero son pañizuelos, habiendo sido toallas, y antes camisas, hijas de sábanas; y después de todo, los aprovechamos para papel, y en el papel escribimos, y después hacemos dél polvos para resucitar los zapatos, que, de incurables, los he visto revivir con semejantes medicamentos.
Francisco de Quevedo
En Los secretos de Hamza se dice que uno de los compañeros del Emir Hamza, tío de Mahoma, habiéndose dirigido a la tumba de Adán en la isla de Serendib o del Catay, recibe de Adán en persona una copa mágica que le permite revestirse de la forma que guste.
Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, Diccionario de los símbolos.
Toda renuncia pulsional se convierte en una fuente de energía para la conciencia, más adelante toda nueva renuncia intensifica a su vez la severidad y la intolerancia de ésta.
Freud
I also follow the Neanderthal story, because it’s interesting to ponder how different human species—now thought from archaeological evidence to have overlapped for perhaps 10,000 years—might have interacted. New sequencing of the Neanderthal genome indicates that the point of divergence is nearly half a million years old and opens up a wealth of comparisons with the human genome sequence. The question everyone asks—“Did they have sex?”—is still open, though barely.
Donald Kennedy, Science Vol. 314
Tengo la impresión de que estos rasgos configuran en buena medida el comportamiento burocrático y político del hombre actual…Sorprende comprobar en qué medida nuestros actos reales —en contraposición a lo que decimos o pensamos— pueden explicarse en función de las pautas que rigen la conducta de los reptiles.
Carl Sagan
Cioran: El hombre olvida con tanta facilidad que es un ser maldito porque lo es desde siempre.
La horrenda verdad sobre nuestro origen es clara: hemos evolucionado mediante la retención de los caracteres juveniles de nuestros ancestros, un proceso conocido técnicamente como neotenia (literalmente, “manteniendo la juventud”).
Stephen Jay Gould, Ever Since Darwin.
La neotenia—fenómeno similar a otro conocido con el nombre, más cercano a la mitología, de progénesis—es la conservación de las características larvarias en animales que, sin embargo, son capaces de reproducirse. La progénesis aparece como fenómeno demoníaco: es la posibilidad que tiene la infancia de evitar la vejez. Dos larvas, dos niños, hacen el amor y se reproducen: sus descendientes nacen con la misma, abominable capacidad.
Descubrimos (en la alta noche ese descubrimiento es inevitable) que los espejos tienen algo monstruoso. Entonces Bioy Casares recordó que uno de los heresiarcas de Uqbar había declarado que los espejos y la cópula son abominables porque multiplican el número de los hombres.
Borges.
Diabólica, par excellence, es toda exageración (sin excluir a ésta). ¿No han tentado al hombre, desde el Edén, los extremos y su más allá, si tal cosa era posible? Dada una facultad humana, ¿no la ha extrapolado al infinito? Así la inteligencia en la noción de Dios. Así la memoria en Funes el memorioso. Así la vista y el oído, merced a sondas que nos traen fenómenos ocurridos hace 15 mil millones años luz. Así, por el otro extremo, las estructuras de lo inimaginablemente pequeño. Y así, más pronto que tarde, la neotenia, la clonación, el desqueje humano. Exageraciones: éste es el mejor de los mundos para Pangloss; el peor de todos para Basílides.
T. Grifo, Involuciones
Unlike Rome at rush hours, the universe is a lawful place. Rules govern everything from the relation between a gas’s pressure and volume to the speed at which galaxies recede from Earth. Catch up on physics jurisprudence with The Laws List from Erik Max Francis, a programmer in San Jose, California.
www.alcyone.com/max/physics/laws
M. Leslie, Netwatch, Science, Vol 313
La ciencia postula leyes para el mundo externo. Nada equivalente para el «mundo interno». En éste, puede constatarse un contínuo fluido de pensamientos, impresiones, emociones e imágenes nunca completamente organizados o estructurados. La «nube de Saussure», como forma mental previa a la estructuración verbal, subsiste en realidad durante las mentaciones. ¿Obliga el mundo externo a organizar y completar aquel fluido, aquella nube? ¿No lo hace, subrepticiamente, a través de la escritura?
Puede ser bueno para un tiempo encontrar por medios exagerados, excesivos, arbitrarios, medios desnudos, despojados y secos, limpios hasta la médula, las leyes de la poesía eterna, pero dichas leyes son siempre las mismas, y la finalidad de la poesía no puede ser jugar únicamente con las leyes con las que se la hace (…) Aunque con la ayuda del psicoánalisis, las reglas del juego sean ahora infinitamente claras, aunque la técnica del poema nos haya entregado sus medios, la finalidad no puede ser mostrar que somos extraordinariamente inteligentes y que sabemos hoy cómo ingeniárnoslas, sino dar al fin las obras ejemplares de esta poesía del inconsciente, de esta poesía analógica profunda, que yo llamo «del inconsciente», a falta de mejor término, pero que es la única poesía posible, la poesía posible y verdadera, con tendencias metafísicas…
Antonin Artaud. El cine
Deleuze: Si la répétition est possible, elle est du miracle plutôt que de la loi. Elle est contre la loi: contre la forme semblable et le contenu équivalent de la loi. Si la répétition peut être trouvée, même dans la nature, c’est au nom d’une puissance qui s’affirme contre la loi, qui travaille sous les lois, peut-être supérieure aux lois. Si la répétition existe, elle exprime à la fois une singularité contre le général, une universalité contre le particulier, un remarquable contre l’ordinaire, une instantanéité contre la variation, une éternité contre la permanence. À tous égards, la répétition, c’est la transgression. Elle met en question la loi, elle en dénonce le caractère nominal ou général, au profit d’une réalité plus profonde, et plus artiste.
Me imagino a esa hipotenusa socavando el amor propio de sus catetos.
Para mostrar los poderes de la fe, congregó a su grey, trepó a un pino, pidió que le tuvieran fe y se lanzó a volar. Cayó, fracturándose una costilla. «A alguien le faltó fe» advirtió. «Es preciso que todos tengan fe». Volvió a trepar y se lanzó al aire. Cayó, partiéndose un brazo. «Seguiré así hasta que todos tengan fe» aseguró, sin inmutarse. Y trepó y cayó y trepó y cayó hasta quedar sin hueso sano en el cuerpo. Entonces clamó por una fe unánime, escuchó un murmullo de aquiescencia y con un esfuerzo supremo trepó al árbol, dejándose ir. Esta vez, salió volando. Unos tantos metros más adelante, pereció en el aire.
Teo Grifo, Involuciones
De todos modos, existe una incompatibilidad entre el pensamiento y lo real. No hay entre ambos ningún tipo de transición necesaria o natural. Ni alternancia, ni alternativa: sólo la alteridad y la distancia los mantienen bajo tensión. Eso es lo que asegura al pensamiento su singularidad, aquello que nos lo hace único, como única es la singularidad del mundo.
J. Baudrillard. El crimen perfecto
Las auténticas ideas de los verdaderos poetas se esconden siempre detrás de un velo como las egipcias: sólo la mirada profunda del pensamiento penetra abiertamente a través del velo. Por lo general, las ideas de los poetas no valen tanto como pretenden: ello se debe a que hemos de pagar también el velo y nuestra curiosidad.
Nietszche
Y tanto peor para la madera que acaba encontrándose en el violín!...Si el cobre cuando despierta es un clarín, qué culpa tiene…
Rimbaud
La novela es una obra de arte no tanto por sus semejanzas inevitables con la vida como por las diferencias inconmensurables que la separan de ella.
Stevenson
No son pocos los escritores que han pagado precios exorbitantes por su arte: enfermedades, desarreglo de sus sentidos, sacrificio de su familia, cuando no de su propia vida. El hecho es que algunos de los mejores libros de esos escritores versan sobre fracasos profundos. El fracaso estrepitoso en el empeño por saber y reproducir el saber ¿no se llama Bouvard y Pecuchet? ¿Y no quiso Kafka suicidar sus escritos? La única ocasión en que ensalzó algún éxito es cuando escribió sobre Sancho Panza. Pero incluso en aquel caso, el libro que Sancho escribe, i.e. Don Quijote, versa, página tras página, sobre el más rotundo (y cómico) fracaso posible.
Cometió un crimen perfecto. Tiempo después, el detective sospechó que solo un perfeccionista a ultranza pudo haberlo cometido. Investigó entre los perfeccionistas; a poco, deteniendo al asesino, el polizonte evocó la inexorable circularidad de un crimen perfecto.
T. Grifo, Involuciones
Si hay alguna circunstancia de mi vida que pinte bien mi carácter es la que voy a relatar (…) Entré en la cámara de una cortesana como en el santuario del amor y de la belleza, cuya divinidad creí ver en su persona. Desde las primeras familiaridades, tan pronto hube conocido el precio de sus gracias y de sus caricias, cuando por miedo de perder el fruto quise apresurarme a cogerlo; mas de repente en vez del fuego que me devoraba sentí un frío mortal que recorría todas mis venas; las piernas me flaquean, y sintiéndome desfallecer, me siento y arranco un llanto como un niño (…) Zulietta, para quien era esto un espectáculo nuevo en semejantes circunstancias, quedó cortada por un momento; pero habiendo dado una vuelta por el cuarto y pasado delante del espejo, comprendió y mis ojos le confirmaron que no era el desagrado la causa de semejante locura, de la que no le fue difícil curarme borrando esta nimia vergüenza: pero en el momento en que estaba próximo a desfallecer sobre aquel seno, que parecía sufrir por vez primera la boca y la mano de un hombre, me apercibí de que le faltaba un pezón. Yo me sorprendí, examino y creo ver que no está formado como el otro. Héme aquí buscando en mi mente cómo podía ser eso; y persuadido de que era debido a un vicio de la naturaleza, vi claro como la luz del día que con la más encantadora persona que pudiese imaginar, no tenía en mis brazos más que una especie de monstruo, desecho de la naturaleza, de los hombres y del amor. Yo llevé mi estupidez hasta el extremo de hablarle de este pecho defectuoso. Al principio ella lo tomó a broma, y, con su carácter bullicioso, dijo e hizo cosas capaces de hacerme morir de amor; mas como yo conservaba un fondo de inquietud, que no pude ocultarle, vi al fin encenderse su rostro, abrocharse de nuevo, enderezarse y sin decir palabra ir a asomarse a la ventana. Yo quise colocarme a su lado; ella se apartó, yendo a sentarse sobre su cama de reposo, levantándose en seguida; y paséandose por la estancia, abanicándose, me dijo en tono frío y desdeñoso: Zanetto, lascia le donne e studia la matematica.
J. J. Rousseau, Las confesiones
Se reúnen escritores en una comida en honor de Mujica Lainez. El homenajeado se hace esperar; pasadas las once, por fin llega, principesco y afectado, saludando lánguidamente con manos anilladas. Claramente se oye la voz de Silvina Bullrich:
—Tenía que llegar tarde, naturalmente, el maricón de mierda.
Interrumpiendo apenas los saludos, Mujica Lainez contesta en el acto, con voz igualmente clara:
—Callate, vos, gaucho con concha.
Bioy Casares, Descanso de caminantes
Borges vuelve ficción ciertas filosofías, Baudrillard vuelve filosofía ciertas ficciones borgianas. Para Papini, Freud convirtió en «teorías científicas las inspiraciones ofrecidas por las corrientes de la literatura moderna». En Gog, se lee esta supuesta confesión del médico vienés: «Literato por instinto y médico a la fuerza, concebí la idea de transformar una rama de la medicina—la psiquiatría—en literatura. Fui y soy poeta y novelista bajo la figura de hombre de ciencia». A su vez, en las ficciones de El espejo que huye, Papini vuelve literatura al budismo. Borges, que prologa la colección, confiesa: «Ahora, al releer aquellas páginas tan remotas, descubro en ellas, agradecido y atónito, fábulas que he creído inventar y que he reelaborado a mi modo en otros puntos del espacio y del tiempo».
«¡Un fantasma!» exclamó ante el espejo—y desapareció.
De la Iluminación lo salvó su ego.
De Robert Crosson:
the curse is to love words
when you’re stuck with them
De Ch’ien K’un:
the cure is to love words
when you’re stuck with them
Por la gracia de Buda, Basho modificó un día un haikai cruel, compuesto por su discípulo Kekakon. El haikai decía:
una libélula roja
arrancádle las alas
una guindilla
Basho sustituyó:
una guindilla
ponédle alas
una libélula roja.
¿Encuentro en esos libros lo que necesito? ¿Me tomaré la paciencia de leerlos para saber en conclusión que todos los hombres se han dolido de su triste estado y que sólo en este o en el otro lugar han existido unos pocos verdaderamente felices?
Goethe, Fausto
En última instancia nadie puede escuchar en las cosas, incluidos los libros, más de lo que ya sabe.
Nietzsche. Ecce Homo
W. Somerset Maugham urged a young friend of his to try his hand at writing a book. “But I haven’t anything to write about,” demurred the young man. “My boy,” said Maugham, “that is the most inconclusive reason for not writing that I have ever heard.”
Bennett Cerf. Try and Stop Me.
—Al marqués no le gustan los escritorzuelos, te lo advierto; es su única antipatía. Si sabes latín, griego si puedes, la historia de los egipcios, de los persas, etc., te honrará por ello y te protegerá como a un sabio. Pero no se te ocurra escribir una sola página en francés, y ante todo sobre materias graves y por encima de tu posición en la sociedad: te llamaría escritorzuelo y te tomaría tirria. ¿Es posible que viviendo en casa de un gran señor no conozcas la frase del duque de Castries sobre D’Alembert y Rousseau: «Esas gentes quieren opinar sobre todo y no tienen ni mil escudos de renta»?
Stendhal. Rojo y negro.
Es difícil que exista en el mundo una mercancía más extraña que los libros. Impresos por gente que no los entiende; vendidos por gente que nos los entiende; encuadernados, criticados y leídos por gente que no los entiende, y, lo que es peor, escritos por gente que no los entiende.
Lichtenberg, Aforismos
Algunos han experimentado escasa para si en sus dotes la Naturaleza, habiendo sacado una pobre fantasia y memoria, y lo que es peor, un entendimiento debil. No falta entre estos, quien habiendose aplicado a la letras, con el tiempo sienta en su corazon el deseo de aspirar a la gloria de los Literatos, y movido de esta bella sensacion se mete á componer libros (…) Pero veamos ¿qué vienen á ser estos escritos? Vedlo aquí, catalogos, indices, pedazos de libros, y materiales agenos, esto es, centones, y erudiciones indigestas, y aún quando se hallen las cosas surcidas ó enebradas con algun orden por lo regular les faltan las reflexiones sobre la verdad, ó probabilidad de ellas, reduciendose todo su saber à saber copiar lo que otros han dicho. También estos son libros, pero libros ordinariamente destinados para la gente adocenada, y que no entran en las Librerias de los verdaderos doctos; ó si entran pueden estar seguros de dormir allì sosegadamente llenos de polvo, sin verse jamas manejados por ellos.
L. A. Muratori. De la fuerza de la fantasia humana
La ciencia es comparable a un libro que, a medida que uno lee, se percata de que el número de sus páginas ha ido en aumento, y así infinitamente. Cuanto más se conoce, más queda por conocerse; pero el disfrute no está en llegar a una meta, sino en expandir los horizontes.
Mateo Naranjo
Leticia Álvarez de Toledo ha observado que la vasta Biblioteca es inútil; en rigor, bastaría con un solo volumen (…) que constara de un número infinito de hojas infinitamente delgadas. (Cavalieri a principios del siglo XVII, dijo que todo cuerpo sólido es la superposición de un número infinito de planos.) El manejo de este vademecum sedoso no sería cómodo: cada hoja aparente se desdoblaría en otras análogas; la inconcebible hoja central no tendría revés.
Borges. La Biblioteca de Babel
Zi Lu se acercó a saludar a Confucio. Éste le preguntó: «¿Qué es lo que te gusta y te da placer?» Zi Lu respondió: «Danzar con una espada larga». «No te preguntaba yo en ese sentido —dijo Confucio—. Sólo quisiera que te apoyaras en tus propias aptitudes y las reforzaras con el estudio, pues entonces ¿quién podría competir contigo?» «En el Monte del Sur—dijo Zi Lu—hay una especie de bambú que de por sí es bien derecho, y no necesita que lo enderecen. Si se lo corta y se hace de su caña una flecha, ésta puede perforar hasta el duro cuero de un rinoceronte. A juzgar por este ejemplo, ¿qué necesidad hay de estudiar?» Confucio replicó: «Si a la flecha se le añade una cola con plumas y se le pone una punta bien afilada, ¿no va a perforar aun más hondo?» Con una genuflexión, Zi Lu contestó: «Tomaré lecciones de Su Señoría con todo respeto.»
Fausto.—Desde luego, para acercarme al monstruo, comienzo por emplear el conjuro de los Cuatro. ¡Que se inflame la Salamandra! ¡Que se retuerza la Ondina! ¡Que desaparezca el Silfo! ¡Que pierda el Trasgo su poder! Quien conozca los elementos, su fuerza y sus propiedades, nunca podrá hacerse dueño de los espíritus. ¡Salamandra, conviértete en fuego! ¡Transfórmate en agua mugidora, Ondina! ¡Resplandece como un brillante meteoro, Silfo! Y tú, Íncubo, ¡préstame auxilio y cierra la marcha!
Goethe, Fausto
Mefistófeles.—…el hombre, ese ente extravagante…
Goethe, Fausto
De Pascal:
Puesto que no se puede ser universal y saber todo lo que se puede saber de todo, es preciso saber poco de todo. Porque es más hermoso saber algo de todo, que saber todo de una cosa; esta universalidad es más bella.
De E. Bréhier. Historia de la filosofía:
Se oscila entre una cultura general, que es superficial, y una cultura profunda, que es restringida.
De Alfonso Reyes:
Como el “especialismo” va encaminándose a saber cada vez más sobre cada vez menos, la fórmula matemática del especialista absoluto puede ser ésta:
∞
o
En su atenta misiva dice: «Espero que aprendamos el uno del otro». Mi moral no es tan sólida y mi saber es superficial. Luego de reflexionar mucho, no descubro en mí nada digno de su aprendizaje.
Liu Zongyuan, 773-819
Los espíritus correctores se adueñan de la imaginación del culpable y trabajan así en su corrección, desnaturalizándolo todo a su alrededor.
Swedenborg
Sigamos, en su simplicidad aparente, el método de Robert Desoille. Líbrese usted de sus preocupaciones, ése será sin duda el primer consejo que dará un psiquiatra a un alma que se agita. Desoille no utiliza esta fórmula abstracta. Opone a esta abstracción ultrasimple, una imaginación ultrasimple: barra usted sus preocupaciones. Pero no permanezca bajo el imperio de las palabras, viva los gestos, vea las imágenes, pero siga la vida de la imagen. Por lo tanto, será preciso dar a la imaginación «el gobierno de la escoba». ¡Conviértase en el homo faber que es este pobre ser con la escoba, ante una monótana tarea! Participará usted, poco a poco, de sus sus sueños, de su ensoñación rítmica. ¿Qué tiene usted que barrer? ¿Preocupaciones o escrúpulos? No dará usted el mismo golpe de escoba en ambos casos. Del uno al otro se siente actuar la dialéctica de la minucia y de la decisión. Pero lo que retarda su alma ¿son tal vez simplemente las rosas de un amor marchito? Entonces trabaje con ademán lento, tomando conciencia del sueño ido. ¡Qué bien acaba su evanescente melancolía! ¡Qué bien pasa su pasado! ¡Respirará muy pronto, la tarea concluida, el alma recogida, tranquila, un poco clara, un poco vacía, un poco libre! (Nietzsche, el maestro de la imaginería moral, ha escrito (El gay saber): ¡Permitid! Voy a prestaros ayuda: aprendí a usar la esponja y la escoba como crítico y como criado.
Gaston Bachelard. El aire y los sueños
Physical cleansing has been a focal element in religious ceremonies for thousands of years. The prevalence of this practice suggests a psychological association between bodily purity and moral purity. In three studies, we explored what we call the “Macbeth effect”—that is, a threat to one’s moral puritiy induces the need to cleanse oneself. This effect revealed itself through an increased mental accessibility of cleansign-related concepts, a greater desire for cleansing products, and a greater likelihood of taking antiseptic wipes. Furthermore, we showed that physical cleansing alleviates the upsetting consequences of unethical behavior and reduces threats to one’s moral self-image. Daily hygiene routines such as washing hands, as simple and benign as they might seem, can deliver a powerful antidote to threatened morality, enabling people to truly wash away their sins. (…) Lady Macbeth’s hope that a little bit of water would clear her of the treacherous murder of King Duncan might not have been a product of literary creativity, but of Shakespeare’s acute understanding of the human psyche. If Physical and moral purity are so psychologically intertwinded, Lady Macbeth’s desperate obsession with trying to wash away her bloodied conscience while crying, “Out, dammed spot! Out, I say!” may not have been entirely in vain.
Chen-Bo Zhong y Katie Liljenquist, Washing Away Your Sins: Threatened Morality and Physical Cleansing, Science Vol 313
—Maestro, ¿dónde están el Flegetón y el Leteo? Del uno no dices nada, y del otro sólo me dices que lo origina esa lluvia de lágrimas.
—Me agradan todas tus preguntas, pero el hervor de esa agua roja debía haberte servido de contestación a una de ellas. Verás el Leteo pero fuera de este abismo, allá donde van las almas a lavarse, cuando, arrepentidas de sus culpas, les son perdonadas.
Dante. Canto XIV, La divina comedia.
El hombre excelente debe contestar a las preguntas como el eco producido por el sonido.
Xun Kuang (Xunzi), 313-238 a. de J. C.
Es posible penetrar un cuerpo ajeno por ingestión o cirugía o posesión o sexo. Quienes deseen salir harán bien, antes de ingresar, en proveerse de un buen escalpelo. Algunos cirujanos lo llevan siempre consigo.
Ana María Shua. Botánica del caos.
Un abogado es una conciencia en venta.
Dostoyevsky
Thales (of Miletus) was reproached for his poverty, which was supposed to show that philosophy is of no use. According to the story, he knew by his skill in the stars while it was yet winter that there would be a great harvest of olives in the coming year; so, having a little money, he gave deposits for the use of all the olive-presses in Chios and Miletus, which he hired at a low price because no one bid against him. When the harvest time came, and many were wanted all at once and of a sudden, he let them out at any rate which he pleased, and made a quantity of money. Thus he showed the world that philosophers can easily be rich if they like, but that their ambition is of another sort.
Aristotle, Politics (circa 1259)
En cuanto a él mismo, siempre había preferido tripular barcos mercantes (una ocupación honesta) a comprar y vender mercadería, tarea que consistía, esencialmente, en imponerse a otro durante un regateo: una indigna prueba de ingenio, en el mejor de los casos.
Conrad, La soga al cuello
Commerce is, in its very essence, satanic. Commerce is return of the loan, a loan in which there is the understanding: give me more than I give you.
The spirit of every business-man is completely depraved.
Commerce is natural, therefore shameful.
The least vile of all merchants is he who says: ‘Let us be virtuous, since, thus, we shall gain much more money than the fools who are dishonest’.
For the merchant, even honesty is a financil speculation.
Commerce is satanic, because it is the basest and vilest form of egoism.
Baudelaire.
Cuadrilla
No sé sus nombres
ni los reconocería al cruzarme con ellos en la calle.
Son quizá 40, tal vez 60:
los veo cargando bloques, uniéndolos, revocándolos
o sentados al mediodía sobre un reborde
o un murete o un andamio
(sobre el andamio está de pie el silencio
dice un poeta, pero es nada más que un poeta)
entre sus manos un plato de comida
que nunca me he atrevido a mirar.
Ignoro dónde viven
sé que no será en un departamento
como éstos que levantan para
copropietarios o inversionistas.
Nunca he conversado con ellos
(me salvan de la estrategia de tartamudear
como el viejo Grandet
ante un negocio prometedor pero difícil)
y aunque no ignoro cuánto ganan
sé con certeza que aquello nos permite
acumular estupendas utilidades
disfrutar de ambientes con espléndidas vistas
y una como aérea consciencia
de haberles dado la oportunidad
de trabajar digna y esforzadamente
manteniéndolos alejados de la desocupación
el vicio, la corrupción y la miseria circundantes...
Nuestro mundo civilizado no es más que una gran mascarada. Encuéntranse allí caballeros, frailes, soldados, doctores, abogados, sacerdotes, filósofos y no sé qué más aún. Pero no son lo que representan; son simples máscaras, bajo cuyos disfraces se ocultan la mayoría de las veces buscadores de dinero. Éste se pone la careta de la justicia y del derecho, con ayuda de un abogado, para ofender mejor a su semejante; el otro, con el mismo fin, ha elegido el antifaz del bien público y del patriotismo; el de más allá el de la religión, de la fe inmaculada. (…) Desde este punto de vista, la única clase honrada es la de los comerciantes, únicos que se presentan como son y andan a cara descubierta. Por eso los han puesto en lo más bajo de la escala.
Schopenhauer. El amor, las mujeres y la muerte.
El comerciante —a mi entender, el tipo inferior de hombre— encuentra siempre un tanto infantil al poeta y al sabio, al general y al político; le parecen gentes que se ocupan de cosas superfluas y cuyo trabajo tiene siempre un aire de juego. Esta impresión que el filisteo recibe del hombre genial no es inmotivada; sólo que de esa propensión a gastar esfuerzo en lo superfluo ha nacido cuanto en el mundo hallamos de respetable, incluso los inventos, que, una vez logrados, enriquecen al mediocre mercader.
Ortega y Gasset. El espectador, III
Lo más desconcertante es que todas las cosas útiles tienen un precio, y se compran sólo con dinero y que así es como está organizado el mundo. Sin tener que pararse a pensar, ya sabe uno cuál es el precio de un bala de algodón o de un cuartillo de melaza. Pero a la vida de un hombre no se le ha puesto precio: nos la dan de balde y nos la quitan sin pagárnosla. ¿Qué valor puede tener?
Carson McCullers. La balada del café triste.
Consiste el comercio en que, por algo determinado que se recibe, algo determinado se da. Una mano sujeta tenazmente el objeto con que procura seducir al interlocutor a comerciar. La otra se extiende deseosa del segundo objeto, que quiere obtener a cambio del suyo. Apenas lo toca, la primera mano suelta su propiedad; no antes, porque, si no, podría verse privada por entero de ella. Esta forma más cruda del engaño, donde a uno le es quitado algo sin que medie contravalor alguno, corresponde, traducido al proceso de trepar, al caerse del árbol. Para evitarlo uno permanece sobreaviso durante toda la negociación y observa cada movimiento del interlocutor. La alegría difundida y profunda que el hombre encuentra en el comercio, en parte puede también explicarse porque perpetúa así una de sus más antiguas configuraciones de movimiento bajo la forma de actitud psíquica. En nada está tan cerca hoy el hombre del mono como en el comercio.
E. Canetti. Masa y poder
Los ríos son caminos que andan y llevan donde se quiere ir.
Pascal
Me urgía salir, de una manera u otra. Me atormentaba el trabajo. Dije a Paola:
—Trabajar cansa. Siempre viendo el mismo y único perímetro de Milán. Un viaje me sentaría bien. La oficina camina bien sin mí, Sibila prepara ya el nuevo catálogo. Pudiéramos irnos, qué sé yo, a París.
—Demasiado cansado para el estado en que te encuentras, considerando el viaje y lo demás. Déjame pensarlo.
—Tienes razón, París no. A Moscú, a Moscú…
—¿A Moscú?
—Es Chekhov. Bien sabes que las citaciones son mis únicas linternas en medio de la niebla.
Alexis Moreano
—La marihuana—me decía don Ramón (de Valle-Inclán)—me ahorra el trabajo de regresar a mi casa cuando salgo del café a las tres de la madrugada, porque simplemente ordeno: “Que se eche a andar la calle y que mi casa venga por mí”, y mi casa se me va acercando como un barco.
A. Reyes
…el río es el padre del arroyo. En 1879 decía ya el botánico Barry: “No son las células quienes forman la planta, sino la planta quien forma la célula.”
Ortega y Gasset. El espectador III
Erase un gran río hasta que le encontraron un vado.
Gracián
El río representa las procesiones: los hombres que miran desde los bordes de la calle son como los árboles en las orillas, lo sólido encierra lo fluido. (…) El río es la masa en su vanidad, la masa que se exhibe. (…) Todas las formaciones de carácter fluvial —como procesiones y manifestaciones— muestran en lo posible la mayor parte de su superficie: se estiran lo más que pueden, se brindan al mayor número de espectadores posibles. Quieren ser admiradas o temidas.
Canetti. Masa y poder
Tal como las moscas, te has de estrellar cien veces contra el cristal de una ventana hasta entender que, en ciertas ocasiones, el aire se vuelve sólido.
El poder de las moscas: ganan batallas, impiden actuar a nuestra alma, comen nuestro cuerpo.
Pascal
Las puertas de la caverna están cerradas. Los espíritus de los muertos se apiñan allí en bandadas, como un revuelo de moscas que danzan al atardecer. Un revuelo de moscas que danzan al atardecer cuando ha vuelto la noche oscura, cuando el sol se ha ido, un revuelo de moscas: tremolar de hojas muertas en un temporal que bramó.
Canción de los pigmeos de Gabón
LECCION QUINTA
Musca doméstica
(Mosca común)
Moscas, puntadas negras
que van cosiendo un día al otro día…
Moscas posadas en el gran pastel
de las quince velitas…
Moscas. Sol.
Coser el tedio, pellizcar furtivo
en la escasa dulzura de los hombres.
Dulce María Loynaz. Bestiarium
Pero ¿qué ha de decirse cuando uno se topa con hombres que designan por su tótem alacranes, piojos, moscas o mosquitos? (…) Sólo puede ser el monstruoso número de éstos seres lo que les atrae, y cuando establece un parentesco con ellos lo que le importa es asegurarse este número. El hombre que desciende del tótem-mosquito quiere que su gente se haga tan numerosa como los mosquitos.
Canetti. Masa y poder
El diario El País del 25 de enero de 2007 recoge esta noticia: “Un niño de tan sólo cuatro años mató a 443 pollos en un pueblo de Jiangsu (provincia del este de China) usando únicamente su potente voz, ha informado el diario chino Nanjing Morning Post. Un tribunal local dictaminó que los gritos del niño habían sido los causantes de la misteriosa muerte de las aves, ocurrida el 24 de septiembre de 2006 en la comarca de Haian. El padre del excepcional niño, que trabaja como butanero y se apellida Xu, ha sido obligado a pagar una indemnización de 1.800 yuanes (180 euros) al dueño de los pollos muertos, llamado Wang. Todo comenzó cuando el padre entró en una granja para hacer una entrega de bombonas, acompañado por su hijo, y un perro asustó al niño con sus ladridos. El niño comenzó a proferir gritos de terror que, a su vez, asustaron a los pollos del gallinero cercano, donde las aves se pisotearon unas a otras y muchas de ellas murieron aplastadas”.
Tras comer el pastelillo de la caja de cristal, Alicia coloca una mano sobre su cabeza, «to feel which way it was growing; and she was quite surprised to find that she remained the same size.»
Lewis Carroll. Alice’s Adventures in Wonderland
…cierto día, mientras leía los Cuentos del Barón de Munchausen, tuve una inspiración. El capítulo que leía en ese momento era el delicioso relato de cómo el barón mentiroso se cae en un pantano donde se hundirá irremisiblemente. Cuando ya se ha hundido hasta la barbilla, y sus minutos parecen contados, se salva mediante el simple recurso de cogerse sus propios cabellos y tirar hacia arriba, lo que le permite salir de su desesperada posición. La salvación de barón me gustó tanto, que me reí en voz alta; y en ese mismo instante descubrí la solución del problema que me torturaba.
Arthur Koestler, Autobiografía.
El cómico recurso del Barón es el mismo del dicho inglés: to pull oneself up by one’s own bootstraps. Por lo demás, estoy citando (a modo de imitación) a Michael Balter, que dice, en Science Vol 318, 25 enero, 2008: “Some scientist (…) have argued that other primates are poor at imitating others and learning from them. Humans, in contrast, are such good imitators that they accumulate culture and knowledge over generations, a “ratcheting” effect that bootstraps the slow pace of biological evolution with a powerful dose of cultural evolution.”
Caen los pétalos – ni una palabra
El hombre es soso: como un crisantemo
Rilke: La única y auténtica patria del hombre es su infancia.
Wodsworth: El niño es padre del hombre.
Some girls wander by mistake
Into the mess that scalpels make.
Leonard Cohen
Observándose con máxima atención, descubría su invisibilidad.
Cuando uno se está quedando ciego, descubre cosas que antes no veía.
J. Conrad
Es instructivo para muchos fines haber caído en la cuenta de esta paradoja: que en la visión colabora normalmente, necesariamente, un cierta dosis de ceguera.
Ortega y Gasset
Para afilar (y afinar) la vista, aprendió a mirar dentro de sí. No bien consiguió mirar dentro de sí, un desprendimiento de retina lo cegó.
Murió por exceso de élan vital.
Para las delicias de Till Eulenspiegel: «A buen tiempo, mala cara»
He oído alabar al pesimismo «como una forma superior de inteligencia»; ahora bien, llevado a su conclusión, el pesimismo acaba con la ley de Murphy y con la de Maxell («La ley de Murphy es optimista») para transformarse en esto: «No hay bien que por mal no venga». De todas formas, las de Murphy y Maxell son simplemente leyes falsas, mero wishful thinking de pesimistas. El proverbio danés: «Lo malo nunca es bueno hasta que sucede lo peor» torna al optimista proverbio español: «No hay mal que por bien no venga» en pura condición temporal, ni pesimista ni optimista.
Nature is by nature perverse.
Et nous enfantons sur un lit de souffrance
le faux fruit de notre mort…
Et tous nous finissons comme des filles au ventre déchiré
qui meurent en enfantant
Bergman ha contado así la impresión que le produjo ver a su padre muerto: «Me cuesta explicar lo que sentí al mirar su rostro. En realidad, lo encontré totalmente irreconocible. Me recordaba el rostro de los muertos en los campos de concentración, el rostro de la Muerte.» Serge Daney iría más lejos, al proyectar en su propio cuerpo aquél de los deportados: «He visto, y de esta visión, en cierto sentido, no he retornado jamás. He visto a mi padre, muerto en los campos, y a mí mismo, su mimo póstumo, condenado por el sida a morir igual de flaco. He nacido pues para devenir esa imagen. Para devenir también yo un esqueleto».
Los hombres se parecen más a su tiempo que a su padre.
Guy Debord
La cantidad de fragmentos me desgarra. Y en pie está la tortura.
René Char
La rabia que precede la aniquilación parece habitar ciertos personajes del extraordinario Music. Sobretodo en sus autorretratos, que son en realidad autocadáveres, autoagonías. Es la misma rabia que se lee en su serie «No somos los últimos». ¿Título consolador? Más bien sarcasmo, título-desafío, cuya prolongación dice “Otros morirán después de nosotros”. Hasta la fría sala de torturas de Auschwitz tendrá sus sucesores.
«Hoy día pienso, ha escrito Primo Levi, que el solo hecho de que un Auschwitz haya podido existir debiera prohibir a quien fuere de pronunciar, en nuestros días, la palabra Providencia: pero es cierto que entonces el recuerdo de la salvación bíblica en los momentos de la peor adversidad pasaba como un soplo por todas las almas».
A inicios del siglo XIX, Maine de Biran escribía en sus Éléments de physiologie: « Para explicar el mecanismo de la memoria, se debe considerar al cerebro como una masa de cera viva y sensible, pero susceptible a todas las formas, que una vez recibidas no pierde, y que sin cesar recibe formas nuevas, que también conserva. He ahí el libro. ¿Y dónde queda el lector ? El lector, es el libro mismo.»
Releo los aforismos de Lichtenberg porque encuentro en ellos la misma sorpresa de la primera vez, como si de tan bien escritos hubieran merecido el olvido que los preservó no menos intactos que certeros y deleitosos.
Je voulais voir quelque chose en plein jour; j’étais rassasié de l’agrément et du confort de la pénombre; j’avais pour le jour un désir d’eau et d’air. Et si voir c’était le feu, j’exigeais la plénitude du feu, et si voir c’était la contagion de la folie, je désirais follement cette folie.
Maurice Blanchot, La Folie du jour.
Leí que la mayor astucia del demonio es la de habernos convencido de su inexistencia. Nada distinto parece decir Ceronetti: «Un conocimiento falto de una imponente idea del Mal, del Mal como universo y principio, que no tenga en cuenta al mal que el hombre es y ha sido, y que está obligado a expiar, es un conocimiento a la vista del Mal, en favor del Mal, sugerido, probablemente, por el Mal.»
El vómito, que hiede y es repugnante, sobreviene para salvarnos.
«Los aromas que emiten las plantas— según Science, Vol 313— les sirven para atraer insectos polinizadores, pero también les permiten comunicarse con otras plantas. Runyon y colaboradores, examinando una planta parásita que es asimismo una yerba nociva, encuentran que la Cuscuta pentagona responde a emisiones volátiles provenientes de plantas de tomate, de manera que la planta que parasita las almácigas puede localizar rápidamente y enroscarse en la planta huésped. El trigo, generalmente desdeñado como huésped por la cúscuta, emite sustancias volátiles que al parecer incluyen un compuesto repelente…Estudios pasados indican que las plantas, bajo ataque de insectos hervíboros, emiten señales indicando a las plantas de las cercanías que incrementen sus defensas químicas.»
A un penco, que hemos dejado en un balcón sin irrigar y agoniza de sed, lo vemos con indiferencia, asumiendo que no sufre. Ya pueden los investigadores atarearse informándonos sobre los mensajes que se envían unas a otras las plantas (señales que no llegan a nuestra nariz, peor a nuestra conciencia). Dirá el neurólogo que en la planta no existe padecimiento, y a fortiori conciencia de padecer, toda vez que falta sistema nervioso y cerebro. Vaya con el neurólogo. Aceptar la existencia del malestar y del sufrimiento, —la dukka budista—, en todo ser vivo, es dificilísimo. Dejamos agonizar al penco, comemos seres vivos o los matamos por procuración para luego devorarlos. Pero que existe dukka (y por consiguiente deseo y voluntad) en todo ser vivo, incluyendo los seres del mundo vegetal, es una evidencia para el místico y para el poeta: en Canción espiritual al árbol derribado, de César Dávila Andrade, son los hombres que viven a su sombra quienes traen hachas finas, sal verde y afilada en las axilas, y propinan al árbol golpes que lo hacen caer cual alto dios antiguo con un ruido plural de abejas verdes y venas arrancadas. Pero queda su alma, el alma del árbol, su alma de libres llamas corporales, que es música: el alto viento levantó del árbol la sustancia anillada de la música, que asciende y entra en la inmensa desnudez del cielo: el árbol no ha muerto, vive ahora en el piso más delgado de los cielos.
Y…si he escrito esta carta tan larga, ha sido porque no he tenido tiempo de hacerla más corta.
Pascal
«Al mal escritor, las barbas le estorban». Se afeitó las barbas. Ese mismo año, ganó el Pulitzer.