PARA UN DIBUJO DEL AZAHAR
por Juan José Rodríguez
El lugar
Hace diez años, en la
desaparecida librería Buganvilla, encontré un ejemplar de Profanaciones en la antigua colección Metáfora de El Conejo. Leí algunos de esos versos y
quedé impactado. Como es natural, compré ese libro. Su autor, Alexis Naranjo
(Quito, 1947), es uno de nuestros poetas contemporáneos más importantes. Su
poesía establece un diálogo fecundo con las tradiciones alquímicas, el barroco
(en su vaciado y en su llenura) y las tradiciones filosóficas, religiosas y
literarias del Asia. Inusitada en su generación y, en general, en el marco de
la poesía ecuatoriana, la obra de Naranjo es una promesa de sentido entre tanta
literatura midcult. Ahora, el poeta
nos entrega su octavo libro. Azahar,
flor epónima del autor si cabe, rastrea el significado de la memoria personal
en la memoria del texto poético. La creación, siempre pensada en términos de
objetualidad y concreción, ha sido siempre en nuestro autor, un ejercicio que
lleva paisajes mentales (fruto de una construcción imaginística bellamente
compleja) hacia el texto poético. Viaje autoral desde el mundo a la mente
imaginante y, de allí, hacia el poema en cuyo trayecto se halla la realidad
objetivable. En ese contexto, la memoria, instrumento o vehículo, aparece como
el regreso al pasado mediante las imágenes. Cuando el viajero del tiempo en la
novela de H. G. Wells, regresa con una flor como testimonio de su estadía en el
más allá del tiempo, todo el futuro viaja con él o, al menos, la promesa
(cumplida) en tiempo pasado de ese futuro. Azahar,
es como cabe pensar, el viaje inverso (en verso) guiado por el anhelo de
colocar otra vez la flor en su sitio. Travesía de reposición. Viaje imposible
que sólo se hace no imposible en la escritura, en la prodigación verbosa de ese
azahar, en esa flor epónima devenida verba poética.
La colina silenciosa
El poema occidental más
asombroso sobre el mundo japonés antiguo es “Chomei en Toyama”, plagio o
recreación del poeta Basil Bunting, a partir de un texto elaborado por el
propio Chomei. Desde una choza, el poeta parece verlo todo con un aplicado
detenimiento y una asombrosa sensibilidad ante el hechizo del mundo. Naranjo
mira el mundo con una sensibilidad semejante. Sin embargo, su procedimiento siempre
está embriagado de un encuentro con el cosmos como ámbito diferido (aunque no
diferente) de la manifestación objetiva de las cosas: “las sucesiones/ la
rotación de hipérboles en el aguahielo del cosmos/ gusano abisal”. La
adjetivación sugiere un espacio psíquico que re(úne) la plenitud del cosmos y
las pequeñas cosas. La botella de mezcal con su gusano como una suerte de imán
de las ánimas es ejemplo de ese método del poeta. Si la primera sección del
poemario parte de una evocación metapoética de acento místico, los siguientes
poemas de dicha sección están asistidos por la memoria personal. Azahar, flor
epónima de árbol homónimo del poeta. “Bodegón quiteño”, “Estratagema” o
“Purgamenta” sitúan siempre una acción que la memoria personal hizo suya y que
el poeta va lentamente descentrando mediante la eficacia sintáctica y el
despliegue (barroco o, al menos, barroquizante) de los símbolos. Los restantes
poemas del conjunto son dramatis personae de ciertos maestros asiáticos.
Allí, la memoria personal —como recurso— parece restringirse al conocimiento y
a la emoción sentida a partir de revisitar el legado de Chu fu Tze o Shitao.
Sin embargo, estos textos son, como en “Ponto Euxino” de Profanaciones, paisajes mentales del poeta que, como Chomei, se
sentó en una colina a mirar a Shitao, como recreación sensitiva de sí mismo
La casa paterna
Ideas en las cosas era el
afán de la poesía de los imaginistas. Quizá ese era también el propósito que
guiaba la poesía de Carrera Andrade o Jorge Guillén: luminosa, profunda y
cordial. La imagen en estos poetas nunca aparece desgarrada por la emoción.
Era, sospecho, la intención de retornar a la escucha del mundo antes que de la
propia mente (y sus trampas). En ese chispazo donde mundo, mente y tiempo
chocan aparece la memoria como eje virtual del yo. Así, la memoria revisitada
mediante el lenguaje es el eje que conduce la segunda sección de este libro.
Aunque hay diferencias poéticas fundamentales, esta parte de Azahar establece un afectuoso encuentro
con poéticas asentadas en la concreción emotiva de un Eugenio Montejo o en la
cotidiana apelación mnésica de un Carlos Eduardo Jaramillo. Así, el poeta
debate con el tono más abiertamente simbólico de sus trabajos precedentes y
dialoga con la poesía de la experiencia, aunque distanciándose siempre del
anecdotario, como en “Atenuantes/ Agravantes”: «va para treinta y tres años/
que vi en un espejo de la casa paterna mi rostro de hoy día/ vi una lentísima
cascada de música emanándose de mí». El yo poemático que se aprecia en este poema
y en esta sección está siempre marcado por una textura emotiva. En realidad y
en rigor, este yo poemático elige expresar ciertos escenarios biográficos que
el poeta filma (escribiendo) para nosotros. Sin embargo, la persona poemática
aparece escindida, aunque no roturada. Más bien, pliegue barroco del yo
poético, pluralidad verbal para distintos hablantes, Naranjo siempre evita la
fijación del sentido y nos deja viajar en sus versos como en el ya referido
poema: «y luego me vi coronado rey mongol/ y también cortesana de harén/ y
siglos después me vi monje lusitano de la compañía de jesús». Escindirse es
promesa de propagación, necesidad de un espacio mayor que justifique la
multiplicidad. Naranjo o la persona poemática que habita esta sección nombra
los nombres de los suyos para, al firmarlos, afirmarlos en su casa-obra textual
(que, como el poeta nos dice, también es la casa paterna).
Del paisaje asistente al
centro germinativo.
Si el mundo exterior
aparece, al menos para el hombre común como algo indiscutible, el yo es siempre
un concepto (¿o lugar?) objetable. La tercera sección avanza justamente en esa
dirección: del paisaje cordial y objetivo hacia las intrincadas manifestaciones
del yo. Este viaje está permeado por la voluntad o necesidad de regresar al
lugar donde ocurren realmente las cosas. Naranjo sabe que la realidad es un
estado de la mente, pero también que la mirada es una forma de la luz. Por
ello, poemas como “Aguaján” y “Parque de Bellavista” parten de una dimensión
objetivada (acaso iluminada) por el propio autor (tal lugar, tal espacio
físico) hacia una perspectiva escéptica del mismo espacio recreado: «era
entonces y es aún domingo/ más aquel día no tenía principio ni fin/ era
entonces y es aún domingo/ mas ahora pienso/ en qué o quién urdía aquellas
temporadas de gloria/…/ sexagenario descreído evascente». Sin embargo, el mundo
adquiere —mientras más acerca a la idea del yo— una dimensión paradójica,
especular, anamorfótica. Derivas, cajas chinas o escaleras de Escher como en
“Escher Print Gallery”: «tinta de mis pupilas/ aljibe de tahúr/ sierpe de
moebius/ adán en bustrófedon». Oda al oxímoron, canción al mundo de los
símbolos opuestos, este poema es ejemplo de esa verba, de esa sintaxis que
deviene progresivamente más anfractuosa al acercarse a la noción de yo, de
ipse. Ipsidad que rehúye llamarse identidad en un juego de escaleras armadas
como suma de títulos de las obras propias: «Sacra
o allende las cópulas de hierro/ Ámbar
Negro o una voluta de hipertelia en el soplo primigenio/ Azahar o el soliliquio en flor que
viene…». Voz del autor que se disemina como blancas flores de la citrus sinensis. Azahar es también azahar del árbol de Naranjo, del árbol de naranjo
que no es sólo palabra de la emoción, sino varias páginas más en la secuencia
de una obra magnífica.
AZAHAR
ALEXIS
NARANJO
LA IMAGEN
sobre la
montaña hay un árbol:
la imagen de
la evolución
así el
hombre noble alcanza y mantiene su virtud
haciendo
bien a las costumbres del pueblo
i ching
I
me enseñaste las
ciencias naturales
del árbol dadivoso y el
árbol curandero
alabanza del ecuador
jorge carrera andrade
EXORDIO
I
vuélveme brizna señor
lugar sin nombre
espina de cardo
amasijo tórname señor
clausurada puerta
lacerante presencia
llaga vuélveme señor
intolerable afrenta
despiadado tormento
en todo ello tórname te
suplico
mas no me vuelvas
palabra
mas no me tornes poema
II
el reposo y el sueño
rehúsame señor
el frescor de la
primavera
el árbol de mi estirpe
su fruto su aroma
las estrellas niégame
señor
el aire el vino y el pan
rehúsame hogar patria y
templo señor
albedrío y certeza
todo ello niégame te
imploro
mas no rehúses mi
palabra
mas no me niegues el
poema
BODEGÓN QUITEÑO
miro el pan el vino las viandas y los frutos
sumidos en la plenitud de su silencio
mientras resbalo en embustes
platicando a contrapelo
de las burbujas que rutilan en las copas
como las estrellas que allende las montañas
pautan aquel cielo remoto en el abismo de mis ojos
en tanto otro mutismo como un soplo
me lleva del lado quintaesencial e inasible
en que uno muda de piel
y entre las falenas y ánimas y luciérnagas del jardín
revolotea al son del cántico hechizado
por la más honda
la más solitaria de las
noches
ESTRATAGEMA
desdeñándome
la piedra de mi rival
rasgó esta lira
giró bullendo en la
cuenca de mis manos
y partió en un santiamén
a tatuar las grupas de mi yegua
yegua que celosa y
corcoveando
bajó del monte a
relinchar en la alfarería
produciendo a fe mía
relinchos tan verdes
que la piedra deshizo la
vasija en cuyo vientre
yo había colocado foetes
y herraduras y cinchas
mas no satisfecha la
piedra abrió cajones y bargueños
así como la reja de mi
horno
removiendo del fuego las
calaveras de sal prieta
que yo preparaba para las
fiestas del solsticio
y no contenta todavía
la piedra imantó
esquirlas y púas
antes de ir a romper mis
lunas
abriéndome heridas
azules en la frente
y obligándome a
contemplarla
atenderla oírla
venerarla siete años durante
lenta idolatría feraz
lento acto cerúleo de
contrición no fementida
hasta dejarme con su
pulpa tan jugosa y fragante
que ahora perfuma la
mesa en que mi rival y yo
comulgamos desayunando
pan de apio té de manzanilla
zumo de meteoritos y
ciruelos
mientras mi yegua toda
encandilada retoza en la piscina
con las calaveras de sal
prieta
y los garrapiñados peces
gato del solsticio
PURGAMENTA
sereno y sonriente
enrolló mi sombra
con una ramita de cerezo
y lanzándola al río susurró:
así la devuelvo al vasto purana
luego enrolló con la ramita
las nervaduras de mi nombre
y con ello bautizó esta piedra
que de golpe despertó
de su remoto soñar de meteorito ateo
después tomó el mazapán del horno
con sus pinzas de mantis y de grillo
y desliendo en su lengua
mis elefantillos almendrados
los degustó con morosísima fruición
de sibarita impenitente
pero entonces la piedra tornó a soñar
y un viento desflecó la fronda
donde él se disponía a reposar
en tanto una sierva manumisa
le ungía sus pies pequeños y fuertes
con los óleos fulgentes de la noche
y fue entonces cuando él se lanzó
cual relámpago
sobre las rejas de mi celda
ahora no quedan ni rejas ni celdas
tampoco buitres ni gallinazos:
con todo y excrementos
él se llevó la carroña y los carroñeros
las asafétidas y los bubones
mientras la piedra me arrastraba de vuelta
hacia su sueño
y ya en el sueño más hondo
sereno
sonreí
cuando desperté
COFRADES
las nubes blancas se
asemejan al hombre que las contempla
su dongpo
con qué fino trazo
la tercera mano de dios
prodiga
la flama de este candil
el acucioso tableteo de
la lluvia
el croar en celo de las
ranas
y las 60 metamorfosis
en los 100 años de
ebriedad de los poetas
por ello
no asistiré esta noche a
la casa de las analectas
sino que brindaré con
su dongpo y césar dávila
andrade
por la alegría y el
dolor
más antiguos de la
tierra
MEZCAL
bajas quemándome los
desperdicios
las sucesiones
la rotación de
hipérboles en el aguahielo del cosmos
gusano abisal
ángel del poeta en la
noche de los tiempos
corazón coronado cuando
vienes a mi encuentro
quemándome las 9
incrustaciones de mi antiquísima testa
cosiéndome esta
envoltura de pencas y de alas
con la luz verdeazul de
tu mágica oaxaca
A PINCEL DESNUDO
según dicen, el pintor gu kaizhi alcanzó antaño la
triple perfección. yo, por mi parte, alcanzo la triple locura: loco yo mismo,
loco mi lenguaje y loca mi pintura. sin embargo, busco la vía para alcanzar la
verdadera locura.
shitao
de piedra son tus olas shitao
son de agave y fermento de agave:
olas tras 120 lunas de abstinencia
tornándonos casi monjes
calabazas amargas
náufragos sobrevivientes
entre oleaje de ciruelos y venas de
dragón
entre ideogramas de sésamo y de bieldos
entre gavillas de tinta enmarañada
y cataratas encrespadas
oh venerable pulsador del yin/yang
desvelando ninfas en montes de
aliento de tigre con tu pincel desnudo
lo mismo que al enroscar tus nubes con
mi corazón al júbilo ondeas al cabo
de 120 lunas de abstinencia
oh shitao entrañable maestro
FALTA DE FE
chu fu tze se adueñó del
milagro
lo había apretado
primero:
cristalinos ramales
indultaron penas imperiales
9 alegrías se
desgranaron como grandes membrillos y
hubo hurras y parabienes
por la sonrosada
caricia que avanzó hasta
los pálidos semblantes
chu fu tze vio entonces
a su yerno pulir
la idea rezumante que le
salía de la cofia
lo vio repartir
biscochuelos recién horneados y
coser túnicas satinadas
para aquellos 9
que purgaban
abochornados su falta de fe
mientras la pajarita
cucú del pabellón de las ánimas
recibía con fruición al
ruiseñor de pekín
luego
chu fu tze trajo
a las 9 novias perdidas
en los 9 distritos de la tierra
les abrió las 9 puertas
de su casa
refrescó la mueca del
erudito imperial que no entendía
lo ocurrido
y tras dar media vuelta
a su hurto
arregló manojos
impacientes del vergel
antes de bruñir sendos
anillos de jade para los novios
y elevar la fiesta con
luminosos aderezos cardinales
merced a la sencillísima
técnica
de los columpios
ladeados
GRADUS AD PARNASSUM
bien
podía el apasionado mozart considerarte
autómata
y charlatán muzio clementi
pero
aquellas tus serenísimas volutas
qué
bien nos valen ahora para remontar el desolado paisaje
hasta
el sobrenatural pabellón de los cielos despejados
II
cada día el
mismo árbol rodeado
de su verde
familia rumorosa
nada nos
pertenece
jorge
carrera andrade
ADVENIMIENTO
no ocurrió ayer como
debía
pero hoy
—ahora mismo—
está en un tris de
suceder
ya los temblores son
visibles
hay un vaho de umbrales
desgarrándose
un pantano de jadeos
suspendidos
y todo llega al cabo de
lunas meticulosamente contadas
y esplendores físicos
que hubimos de admirar
ademanes principescos
andares de acróbata y
flaminga
y aquella exigencia en
alta noche
de frambuesas con néctar
de violoncellos
o los intempestivos
desbrozos gravitando desde adentro
o aquellos rumores que
parecían provenir de
un más allá latente y
secreto
y aunque no ha ocurrido
todavía
muy pronto —ahora mismo—
en esta hora nona en que
pasa un ángel
advertimos los espasmos
el fosforecer de las
miradas
el sostenerse en vilo de
los pálpitos
y se nos borran las
parafernalias del rededor
y nos desgarra en carne
propia el dolor de los vínculos
la abisal extrañeza de
los vínculos
su vibración extrema por simpatía sagrada
su verterse desde el
órgano soberano
el esparcirse de aquella
luz tan densa vaporosa sobrenatural
y el grito y los
alborozados sollozos y los llantos
devolviéndonos a lo
eviternamente perdido
a lo para siempre
insondable
NONAGENARIO
yo era ya viejísimo cuando naciste
padre
de pie y enzurronado
yo era ya viejísimo
cuando holgabas al dormir erguido como ubérrimo naranjo
o cuando al tundirme me ponías en liza contigo y con el mundo
yo era ya viejísimo
cuando tus libros y tus personas al unísono
trabajaban imperturbables estableciendo
nomenclaturas y funciones
confluencias de plantas y alimentos sagrados
intersecciones de climas y esporas
y yo te escuchaba batir nátem y salvia en una marmita
tasando la profundidad de sus esencias
yo era ya viejísimo
cuando destilabas de tus botijas extraños logaritmos
de fármacos y vocablos
cuando volvías de mil y un viajes por légamos y pirámides
por selvas de polen y de mitos
y yo te miraba remontar las horas pedregosas con tus signos
zodiacales desplegando portulanos y rosas de viento
y soles y lunas antediluvianos
o cuando me llevabas de la mano por extenuantes meandros
—el debe y el haber el activo y el pasivo el suma y sigue—
cuando clareabas para degustar una copilla de vodka
y pasabas allende las fatigas
cuando te duplicabas
triplicabas
y cuadruplicabas
y uno se preguntaba qué hacía cada uno
de tus dobles o triples por su lado
pero el cansancio era para ti alegre alimento
agua canora la sed
secreto elíxir la enfermedad
yo era ya viejísimo
cuando de pura fatiga aumentabas cargas sobre tus espaldas
cuando sediento dabas de beber a tus orquídeas
cuando enfermo ofrecías salud a tus pacientes
yo era ya viejísimo
cuando vi por primera vez rodar lágrimas de tus ojos
y era que evocabas
cuánto debías al hada de tu hado
yo era ya viejísimo
cuando ella quiso unirse contigo para siempre
MATER POTESTAS
azaroso y feble piensa:
entrando como sol cinabrio en mi madre
poema me vuelvo
hoja de seda
escalerilla de niebla
y piensa como azahar en armadura:
un indio con ojos de lince
ha visto al crepúsculo
saliendo de su vulva
y un shamán ha cocido su elíxir
y piensa en sus pezones de cereza
y en su corona que gorjea
y piensa en su bienandanza sin queja ni rebaba
y absorto en la madre sobre las grandes heridas
piensa renacer en la panoplia
como pez rápido de escamas
como tukano transparente
como coyote de espejismos
pues al soñar la madre
la seda urde de este libro
y sibilina responde al sol cinabrio
pero es que pienso renacer
armado de azahares
madre
y salir de tu vientre
ya centella hidromiel
del ánima
genitor gemido
pluma marina
linfa y clorofila
abejorro en los zumbidos
pues acaso eras tú quien
soñaba mis sueños
y tal vez el azahar era
mi estilo de buscar
tu luz antiquísima
recién parida
y tal vez tú
madre
traías la semilla más
remota por un río sumergido
cruzando bosques y dunas
a paso de osa y de loba
tal vez los inmaculados
ratones blancos sentían
el latir de tu dignidad amorosa
al olisquearte con
alegría en tu límpido laboratorio
pero era en tus manos
que me despertabas de tu
sueño
para florecer sobre las
grandes heridas
enseñándome a fortalecer
la madera de mi árbol
y a pasar esponja por
las máculas de mis libros
y ahora
flor en la armadura
pienso que te he visto reír madre
reír los géiseres y el firmamento y el fuego
reír légamos y vientos y lluvias
reír con el pájaro carpintero picoteando al saúco embriagado
reír temblores y simas
cataratas y peripecias
y te he visto nadar en
las aguas del sueño que en mí soñabas
constelando de regalos
las canoas de los náufragos
y te he sentido
madre
en la medianoche longeva
bruñir sedosa
hasta hacerlos relumbrar
los humeantes jarrones
de los soñadores desdeñados
ELLA
quién sabe si me sigues o te sigo a todas partes
quién sabe si el ardor de los comienzos
es hoy este arder de silenciosa compañía
el vaivén de tus manos orfebres
en la paciencia de las hebras
con que vas cerrando mis heridas
que exhalan y no cesan
y qué atenta estás a que repose mi vista cansada e incierta
dimanando la claridad que tantas veces
mis ojos y el mundo me niegan
cuerpo que eres de luz recién lavada
sabiduría del fulgor arcano
quién sabe si me sigues o te sigo a todas partes
aleteo que eres al toque del alba
filigrana tu paso por el hogar
fino laberinto tu deambular por calles y senderos y playas
en pos de piedrecillas y cristales y conchas que canten
en tus manos diestras la canción
de las alianzas y las intercesiones
y quién hubiese adivinado que serías tú
leve y discreta
el cimiento hondo
el albergue seguro
el armazón más firme
al cabo de mis andanzas y malandanzas
y que tus límpidos ojos desde hace tanto
supieran ver más adentro y más lejos
en las rutas del amor y de los hijos
DESPEDIDA
parecían rojas las
teclas del piano
arrojando corales y
aspas
por ventiscas y escarpes
pero quizá no era el
piano
sino la clepsidra
pautando mis pasos por la sombra:
yo caminaba a escondidas
del corazón batiente
pues sabía que cuando
ellos partieran
ya no saldría el sol
para nosotros
y de nada serviría regar
con hidromiel
aquello que latiera
solitario
en el hondón más terso
de la casa
ellos
los báculos de mi
alegría
partieron al fin
mas he aquí que el
corazón
como iridiscente
animalillo
salió de su hondón abrió
sus alas
y aleteó noche tras
noche
distrayéndonos
apaciguándonos
aligerándonos
hasta que la clepsidra
hizo fluir el agua
de vuelta hacia sus
fuentes
y asperjamos rocío con
las aspas
y conjuramos ventiscas y
escarpes
y entonces vimos
relumbrar corales y teclas
con el marfil intacto
de la sonrisa de
nuestros ausentes
PARTE MILENA
orlé una sencilla corona
de adioses
con pétalos que para mí
exhalaban tu lozanía
toda
y ceñí en mis manos la
luz que antaño
ofrecían tus vaticinios
de pitonisa en ciernes
mas ahora he dado vuelta
a tu sombra
canta tu sombra
doy otra vuelta a tu
sombra
perfuma tu sombra
una vuelta más y ya tus
párpados están
henchidos de otro sol
están de clavecines y
dulzainas henchidos
tus caminos
henchidos están de tu
irte
mis silencios
TALISMÁN
acabas de llegar silbas
escuchas
tu pregunta es apenas
oíble nadie responde
un ángel de jengibre una
mariposa un son revolotean
en tanto subes las
escaleras el epigrama
los nombres que ensalzas
desde adentro
mas un cuchicheo
zodiacal entre ecos tiembla
pide pétalos besos al
sesgo
sílabas en escorzo
un alto silencio
medicinal
ahora que has cambiado
de vida y te apoyas
en dos tiempos —de sol a
sol—mientras travesean
en la redoma los
pececillos de antaño
y si bien si bien no
profieres ni quejas ni reclamos te sostienes
en tu zozobra la
acaparas en cada vuelco
en la remembranza de los
bienamados
en conjurar sus aromas y
alas y nimbos
en celebrar sus risas y
travesuras y gritos
que vuelven ya libres de
todo lastre
a retozar en la redoma
de los versos
ATENUANTES/AGRAVANTES
vi a mi signo volverse un par de bellísimos querubes
vi a los shamanes aceptar mi ruego e integrarme en su vuelo hasta los
dioses
vi a los dioses de la segunda y tercera región del más remoto cielo
y en la noche de casa blanca me transformé en término
y sentí retornar el fuego a mi ombligo y repartirse por mi cuerpo
entonces coroné el monte en tinieblas:
desde luego no estaba
muy en mis cabales
desde luego había bebido
el sagrado zumo de la ayahuasca
va para treinta y tres años
que vi en un espejo de la casa paterna mi rostro de hoy día
vi una lentísima cascada de música emanándose de mí
luego vi al trepa al meteco al zángano al afectado
apurando hasta las heces la vida y haciendo de las suyas en mí
insaciable como el ornamento de mis mentiras
veraz como la imagen que el espejo reflejaba
desde luego no estaba
muy en mis cabales
desde luego una espora
de ácido lisérgico eclosionaba en mí
y todavía mucho antes
una mañana mejicana en boca tortuga
vi haces de luz como paralelos y larguísimos hilos vibrantes
mientras me lanzaba precipicio abajo a salvar a unos desconocidos
cuyo vehículo se había volcado ante mis ojos
pero lo cierto es que por entonces
yo estaba perdidamente enamorado
desde luego yo era
temerario y joven
desde luego yo buscaba a
todas luces ser heroico
si bien
si bien veinte años más tarde
al nacer mi hijo vi la sala de partos inundarse
de una luz muy densa vaporosa sobrenatural
una luz que salía con mi hijo del útero de su madre
desde luego yo estaba
abrumadoramente cuerdo
desde luego yo ya venía
amando a mi hijo más que a mi propia vida
y todavía muchos años antes
en la noche más fosca de quito
vi un resplandor que duró interminables instantes
mientras presencias incorpóreas del más remoto mundo me pedían venia
para ingresar en mi mente en mis vivencias en mis gozos
y conocerme desde adentro y después prometían volver
desde luego yo bebía a
la sazón como mis cofrades los poetas ebrios
desde luego lo mío era y
no era un divino delirium tremens
si bien
si bien tantos años más tarde
y escandalosamente sobrio
vi cómo se tejían y entretejían los avatares de mi vida
y en un lugar sin mancha del espíritu
vi flotar el espejo resplandeciente que nada refleja
y luego me vi coronado rey mongol
y también cortesana de harén
y siglos después me vi monje lusitano de la compañía de jesús
y asimismo vi salir de mi costado al tathagata
que era la fundamental y gloriosa salud del ser
y él sonreía radiante
desde luego yo ya era
nada
yo ya era nada ni nadie
y en aquella disolución
sin límites
no había ya ni atenuantes
ni agravantes
III
nadie
pregunte por qué hay tantos
árboles y pájaros
en esta
cárcel
señas del
parque sutro
jorge carrera andrade
AGUAJÁN
rozó mi frente una
polilla hace un instante
dejándome polen de otra
época
cuando corría a pleno
pulmón y a campo traviesa
sin pensar en qué o
quién urdía
aquellas temporadas de
epifanía
las algazaras en las
eras enormes y amarillas
las flechas surcando por
los frutales en flor
los escondites los
duendes los nísperos las catas
las fichas zumbando hacia
el sapo de bronce
don olegario de poncho y
sombrero brindando
prez y aguardiente como
el más viejo
el más jovial hechicero
era entonces y es aún
domingo
vi y veo el mullido
hondón de los nidos
las algas volando sobre
el lecho del río torrentoso
el resplandor helado y
diáfano de la piscina
y oí y oigo murmurar la
leche recién ordeñada
la guerrilla del viento
entre los sigses
los relinchos los
ladridos los gritos
el rumoroso atardecer
bajo las frondas a la luz de una petromax
con el aire oliendo a
majada y alfalfa y tierra
y la noche cóncava del
troje con el rechinar de las cigarras
el vuelo de las polillas
y el acontecer de las
sombras indestructibles
era entonces y es aún
domingo
mas aquel día no tenía
principio ni fin
era entonces y es aún
domingo
mas ahora pienso
en qué o quién urdía
aquellas temporadas de gloria
sexagenario descreído
evanescente
sé que es nada y nadie y
azar y albur ilímite
y sin embargo sigo
buscando
alguien y algo y razón y
sino
ahora que una polilla ha
dejado en mi frente
el dorado polen de aquel
entonces
PARQUE DE
BELLAVISTA
apenas nada que nombrar
con sencillez y levedad
colina boscosa
luz matutina entre la
fronda
mirlo que escapa a la
enramada
brisa de eucaliptos
aromosos
trinar de gorriones
invisibles
niño y madre indios que
pasan tomados de la mano
y a la vera del sendero
pequeñas flores
amarillas y púrpuras
pero soterrada y no muy
a lo lejos
la miasma
la industriosa miasma
la cacofonía urgente y
sepulcral de tu ciudad
SIEGA
sé que vendrás por mí en
cualquier momento
pero si llego a verte
qué dispersión de
espigas habré de ver
qué desasimiento de
amorosa fiebre
qué polen volando a la
gloria del viento
y si llego a oírte
qué rumor de simientes
habré de oír
qué solfear de granos
nutriendo a los dioses famélicos
qué tañer de corolas por
los solitarios transparentes
y si llego a sentirte
qué correr de resinas
habré de sentir
qué savias resanando las
raíces supliciadas
qué cálices y estambres
y pecíolos
retornando a la madre
tierra para restañarla
con qué natural alegría
con qué entrañable tesón
NUÉES DU PRINCE
le jadis vole sous
l’apparence d’un oiseau
mais l’oiseau est
lui-meme le fossile d’un saurien dans le ciel
sordidissimes
pascal quignar
tal como el albatros de
antaño
yo me postro a los pies
que danzan
aguas arriba por el río
que me sigue
SERENDIPITY
hasard, from the arabic az-zahar, implies, like alea,
dice—tractable randomness; fortuit is
my black swan—the purely accidental and unforeseen.
the black swan
nassim nicholas taleb
azahar.
(del ár. hisp. azzahár, y este del
ár. clás. zahr, flores).
1. m. flor blanca, y por antonom., la del naranjo, limonero y
cidro.
drae
con el cuello intacto
pasó el cisne
como diamante de
lapidario: yo
debía preguntarme (y no
me pregunté)
si me era útil su sombra
emplumada
o equívoco su signo de
joya de luto
pero pasó el cisne sin
torcer el dilema
y desde entonces yo me
ufano de aquel su níveo y negro azar
de aquel su níveo y negro azahar
mientras acecho mi
fiesta postrera:
aligerado sin sombra ni
pluma
he de emerger alejarme
remontar y al fin al fin
desaparecer con un
heráldico despojamiento
de lápidas y liras
mientras la noche vaya
clareando la orden de mezclar
hasta su transparencia
total
cisnes y signos
ocios y vértigos
heraldos y dilemas
DEL REGIO
ALBUR
lui, naguère si beau,
qu’il est comique et laid!
l’albatros
baudelaire
antes de proseguir
sin vituallas ni mapas
sin combustible fósil
ni instrumentos de navegación
enséñame oh príncipe del azur
a suspenderme de apenas nada
a surcar a solas la vastedad del horizonte
a alborozarme en silencio de la inclemente travesía
a jamás detenerme
al alcance de los
hombres
y el
sacrosanto escarnio
de sus
garras y pedradas
ASIDERO
se dice que
el camino a la iluminación es como un pájaro volando en el firmamento: no deja
huellas; nadie puede seguir las huellas de un pájaro
autobiografía de un
místico espiritualmente incorrecto
osho
demasiado tarde
ahora que tus alas
hienden cielos cerrados
demasiado tarde
para volver a la bandada
y su graznar unánime
demasiado tarde
ahora que la noche te
cobija
en los
glaciares del nadir
ONÁN
génesis 38: 7-10
por mucho que te obliguen
desobedécelos
no escuches al patriarca
no acates las órdenes divinas
más bien toma a tu siniestra hasta dar
con las exequias de tu hermano
y deja entonces que se aclare tu día
antes de seguir a tu diestra hasta dar
con la viuda que te han destinado
entiéndeme
ella acogerá tu rijosa rebeldía
ella te gozará aunque tu simiente a tierra caiga
entiéndeme
fuera de su vientre aquello
es la lúbrica inocencia de los cielos
es el libre manar de tu más bello atributo
entiéndeme
jehová el iracundo te matará no lo dudes
mas solo será
tras el aniquilador
paroxismo de tu alma
ESCRITO ESTÁ
EN MI ALMA
y escrito en mi lengua materna
oh señora
bajo tus velos
bajo tus joyas
bajo tus nombres
adorable silenciaria
noble y castiza y arrebatada
sobre mis brasas ténte en danza
y con tu liturgia embriágame
tu garcilaso vuélveme tu dilucidario
que aunque no cabe en mí
cuanto en vos veo
encántame concubina azucena
y canta y nombra y finje y medra y enjuga y enreda
y cuanto escrebir de vos
deseo
yo rezo y blasfemo yo invoco y confieso
oh mi bastarda descastada
que tu alma—por hábito del alma misma—
con mi labia y mi lefa florezca
y a tu cáliz me someta
me eleve
me lleve
me pierda
PASCALIANA
y que una vez más
me aspen si olvido
la feroz lección de una
alegría idiota:
fue enorme el yerbazal
del ganar la apuesta
y abrir las ventanas a
concupiscencias secretas
y soplar un pífano sin
tomar a pecho las rejas edénicas:
hubiera debido licuar mi
sombra en aguardiente
o mis monedas más
golosas en el sol del averno:
habría acallado así este
deseo proficuo
esta flor que anunció
luzbell
este cielo que me
asperjó su azul en los atuendos
este burbujeo de ninfas
soñadas
—la lección feroz de mi
alegría idiota
y una vez más
que me aspen si olvido
los látigos los cálices
los símbolos revueltos
el pífano soplado por
aquel que perdió la apuesta
dejándome en este enorme
yerbazal desyerbado
ESCHER PRINT
GALLERY
si no recibo la luz del
orbe celestial recurriré a las tinieblas
virgilio
máscara de régulo /
concha de mi albedrío
tinta de mis pupilas /
aljibe de tahúr
sierpe de moebius /adán
en bustrófedon
si se quema la nube
natura no se queja
ni su tizón te tatúa /
ni su moaré te viste
cópula alunada / sol
machihembrado
melisma apenas / falo de
cristal
ouroboros tu verba /
esqueje de fribonius
y murmure mi alma
flectere si nequeo superos acheronta movebo
ALEXIPHARMACON
y qué difícil no oír los
crujidos de la escoria
triturándote los sueños
y qué difícil no bajar a
la noche del mal
con su ávido pulir mi
cara y la tuya
y qué difícil no
mancillar la poza donde caen
los sellos amorosos y la
orina blasfema
y qué difícil no cribar
el hollín
—la feérica lumbre del voraz atanor
SALITRE
FILOSOFAL
ni los 7 orificios del ídolo
ni el corazón hinchado con edictos de plomo
ni la calabaza del estado caótico
tu poema ciernan
señor
tú que en sacrificio derrochas
noble mercurio
arcano cinabrio
alcaloides zen
espejismos del oasis:
en este pliego sin
memoria
hálito se tornen
especular obsidiana
sublimado azogue
RILKEANA
ya sea tu copa de vino
o su fosforescencia fugitiva
ya sean los vocablos que te engullen
o el señuelo que en tu verbo acecha
ya sea el cárdeno el ocre el gris predicamento
ya sea el cárdeno el ocre el gris predicamento
o el agraz de tus yerros en cascada
ya pulas o atesores tu canto demasiado
luminosamente oscuramente dolorosamente
ya sangren tus dones o hayas orado hasta la hez
todo ello qué es si no quimera
si tu existencia es abandono y pasa
pues cantar de veras ah
es otro aliento
un soplo en torno a nada
un vuelo en dios
un viento
HACIA VEGA DE LA LYRA
y es
que aquí nos quedaremos aunque
le
falten cobres al contrapunto
aquí
en esta letanía de vísceras y ósculos
aunque
nada exorcice el silencio que nos quema la boca
ni
el rumor de los antepasados terribles y trémulos
y es
que aquí nos quedaremos aunque
el
apuntador señale a vega de la lyra para volver a los orígenes
acotando
la exuberancia de los fines
con
nuestras horas muertas más ricas y más vivas y más bellas
malgastadas
en las fábricas de espejismos
bajo
la codicia insaciable de la luz
y es
que aquí nos quedaremos aunque
no
cedan su oro las ruinas y sean polvo los tronos
que
coronaban de azur a los poetas
aquí
por mucho que nos salga un sapo por la garganta
viscoso
como la mística
o
nos hagan doblar la cerviz para sondear la herejía
antes
de ir a los cenitales encuentros con viento en el pelo
y es
que aquí nos quedaremos aunque
debamos
alumbrar placentas entre acerbas rendijas
o
llevar cuentas de pertinaz soledumbre o espirar
a
medianoche un hálito de súcubos
renunciando
a céntuplos por ocuparnos de milimétricos tesoros
y es
que aquí nos quedaremos aunque
nos
dancen íncubos en la frente y el voluntarioso
y
sobrio animal que nos arropa vaya jaspeado de incendios
por
lo abierto de la tierra
aquí
aunque habitemos entre bloques y lixiviados
y
nos aprieten procesiones y turbas
o la
cóncava melancolía de los posesos
y es
que aquí nos quedaremos aunque
sea
entre resplandores y sudarios
hostigados
y contradictorios
pero
amables como goznes prestos y pulidos
y
sonriendo al fin y al cabo
bajo
la sal sicalíptica del óvulo postrero
y es
que aquí nos quedaremos aunque
supuremos
ázoe y bitumín ardientes
por
las sangraduras inconfesables
o
humores espinosos y ensortijados
por
las inflorescencias de amores calcinantes
MISE-EN-ABÎME
cuentan mis padres
y ellos no acostumbran
mentir
que siendo yo apenas un crío
grité lloré gruñí chillé ante la pila bautismal
injurié al sacerdote
escupí la sal pataleé cabeceé
rehusando mi crisma a su agua bendita
por mi parte recuerdo y muy bien
que ya por entonces entraba y salía del séptimo círculo
exudando grasa de jabato
exudando almizcle oropimente sal prieta
y también recuerdo
que silbé bufé barrité echando fuego
ante el bautismo de mis libros por venir
profanaciones o una hierofanía contra los cielos
ontogonías o el inferno cognoscente
el oro de las ruinas o una travesía ctónica hasta el alba numinosa
interregnum o el jaque mate al laberinto nihilista
la piel del tiempo o un trasvase de esencias lares en marmitas de jade
sacra o allende las cópulas
de hierro
ámbar negro o una voluta de hipertelia en el soplo primigenio
azahar o el soliloquio en flor que viene
desde cuando fui arrastrado a mansalva
y para siempre
a la pira de mis nombres
índice
I
1 EXORDIO
2 BODEGÓN
QUITEÑO
3 ESTRATAGEMA
4 PURGAMENTA
5 CÓFRADES
6 MEZCAL
7 A PINCEL «DESNUDO»
8 FALTA DE FE
9 GRADUS AD PARNASSUM
II
10
ADVENIMIENTO
11 NONAGENARIO
12 MATER POTESTAS
13 ELLA
14 DESPEDIDA
15 PARTE MILENA
16 TALISMÁN
17 ATENUANTES/AGRAVANTES
III
18 AGUAJÁN
19 PARQUE DE
BELLAVISTA
20 SIEGA
21 NUÉES DU PRINCE
22 SERENDIPITY
23 DEL REGIO ALBUR
24 ASIDERO
25 ONÁN
26 ESCRITO ESTÁ EN MI
ALMA
27 PASCALIANA
28 ESCHER PRINT GALLERY
29 ALEXIPHARMACON
30 SALITRE FILOSOFAL
31 RILKEANA
32 HACIA VEGA DE LA LYRA
33
MISE-EN-ABÎME